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Subastan ocho obras raras de Yayoi Kusama

Subastan ocho obras raras de Yayoi Kusama


Publicación:16-03-2021
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La colección consta de obras raras, tres pinturas y ocho dibujos, que fueron realizadas entre las décadas de los 50 y 60.

CIUDAD DE MÉXICO.- La casa de subastas Bonhams , en Nueva York, ofrecerá la colección de obras de Yayoi Kusama del doctor Teruo Hirose, quien atendió a la artista en los inicios de su carrera.
La colección consta de obras raras, tres pinturas y ocho dibujos, que fueron realizadas entre las décadas de los 50 y 60.
Respecto a las pinturas, dos son el Río Mississipi y el río Hudson en las que Kusama aplicó su patrón "Infinity Net". Estas piezas tienen un valor estimado entre tres y cinco millones de dólares, informó Bonhams en un comunicado de prensa y su peculiaridad radica en que tienen color rojo, cuando durante esa época la mayoría de las obras de Kusama eran blancas.
La tercera pintura, que no tiene título, es un ejemplo de los inicios de Kusama al combinar colores vibrantes con el efecto de inmersión, similar al de los "Infinity rooms", explica la casa de subastas.
En cuanto a los ocho dibujos en papel, esos fueron realizados por la artista japonesa antes de su llegada a Nueva York en 1957. Los expertos señalan que en éstos se puede ver el nacimiento de los "Infinity Nets" de Kusama, así como el motivo de los polka dots y las flores que hoy en día la caracterizan.
¿Cómo es que el doctor Teruo Hirose se hizo de estas obras? Para rastrear el origen del médico fallecido en 2019, hay que remontarse a cuando Yayoi Kusama llegó a Nueva York.
En los años 50, Kusama llegó a los Estados Unidos con sólo 2 mil obras suyas en papel y 60 kimonos de seda, con lo que planeaba pagar sus cuentas en lugar de dinero.
Kusama y el Dr. Hirose cruzaron caminos cuando la artista japonesa requirió atención médica. El doctor Teruo Hirose era uno de los dos médicos que hablaban japonés en Manhattan en aquel entonces. Él era famoso por apoyar a la comunidad inmigrante de Japón ofreciendo consultas con precios económicos fuera de su horario laboral. A sus pacientes que eran artistas, les daba la posibilidad "pro bono", o sea libre de costo.
Como Kusaman no tenía dinero, se atendió con el médico, a quien en agradecimiento le regaló las obras que desde entonces no han sido expuestas al público y ahora se subastarán por millones de dólares. Ambos se convirtieron en amigos cercanos.


« El Universal »