Se pierden al año 2 mil vidas en México por cáncer infantil

Cerca de 2 mil vidas se pierden cada año a causa del cáncer infantil en México, siendo la primera causa de muerte por esta enfermedad entre los 5 y los 14 años de edad, según la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer, AMANC.

En el país se diagnostican 5 mil nuevos casos cada año; desgraciadamente el 75 por ciento de  estos se detectan tarde lo cual no sólo incrementa los costos en tratamientos, si no que reducen las posibilidades de cura.

La tasa de supervivencia es de 57 por ciento. En comparación con la tasa de países desarrollados donde la tasa alcanza el 80 por ciento.

El Instituto Mexicano del Seguro Social señala que el cáncer infantil engloba numerosas tumoraciones o enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales que se dividen, crecen y se esparcen sin control en cualquier parte del cuerpo y puede aparecer en cualquier momento de la niñez y la adolescencia.

¿QUÉ SE PUEDE HACER SI UN MENOR PRESENTA SÍNTOMAS?

El IMSS recomienda observar a los niños y acudir de inmediato al médico familiar ante la presencia de síntomas como fiebre, pérdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones continuos e inexplicables, puede ayudar a una detección oportuna.

También puede observar bolitas (ganglios) en alguna parte del cuerpo, reportar crecimiento del hígado y/o bazo, sudoración abundante o cambios repentinos en la visión o en los ojos.

En la clínica del IMSS, el médico solicitará los primeros estudios para que, en caso de datos que indiquen una situación fuera de lo normal, se canalice al paciente a un hospital de segundo nivel de atención en donde podrá recibir la atención especializada.

El tratamiento del cáncer en niños depende del tipo y extensión del mismo.

Quimioterapia.- Son medicamentos que eliminan las células cancerosas del cuerpo y pueden ser recibidos vía intravenosa u oral.

Cirugía.- Para muchos tumores sólidos la cirugía es una parte esencial del tratamiento.

Trasplante de médula ósea.- Es una forma de tratamiento relativamente reciente en la patología pediátrica. El objetivo es reemplazar las células de la médula ósea que están enfermas o dañadas, por otras sanas.

Radioterapia.- Se basa en el efecto terapéutico del uso de las radiaciones ionizantes, y al igual que en el caso de la cirugía, es un tratamiento local.