Cultural Psicología
Se deprimen los peques

Publicación:14-06-2021
TEMA: #Tips de salud
Si hubo inconsistencia emocional de los padres, desesperación, regaños o violencia, el niño puede tener problemas de desarrollo psicosocial.
CIUDAD DE MÉXICO.- El encierro por salud ha generado dos grupos de niños
, uno de ellos ha desarrollado habilidades cognitivas y de inteligencia emocional, gracias a la compañía permanente de sus padres.
En el otro bloque están a los que les ha surgido inseguridad, aislamiento y depresión por la falta de armonía o resguardo seguro de su familia, señala Raymundo Calderón, director nacional de Psicología de la Universidad del Valle de México.
Las cosas importantes. El académico explica que un niño que ve físicamente a los padres de manera permanente tiene un aliciente importante para el fortalecimiento de su seguridad, esto tiene un efecto tranquilizador, que le permite sentirse protegido y con una gran ilusión.
El experto médico dice que el que estén acompañados no necesariamente significa que estén mejor atendidos, ya que para algunos padres ha aumentado la carga laboral, sumada a las responsabilidades de la casa.
Además, si hubo inconsistencia emocional de los padres, desesperación, regaños o violencia, el niño puede tener problemas de desarrollo psicosocial.
Con el regreso a la nueva normalidad, este grupo de niños aumentaría su deseo de regresar a la escuela o de salir a jugar con sus compañeros, ya que tratará de sustituir el estado afectivo que no vivió en casa.
Caminito de la escuela. Calderón considera que si la convivencia no se da en las condiciones esperadas, es decir, la interacción interpersonal como sucedía antes de la pandemia, es posible que se profundicen los niveles de frustración y se dé un incremento en la depresión infantil entre escolares. Explica que la depresión es una sensación de pérdida de poder, es caer en una situación de tristeza como consecuencia de un sentimiento de falta de utilidad.
El psicólogo recomienda para recuperar la interacción sana de los niños: La detección de manera oportuna sobre sus cambios de conducta y el reconocimiento que se le pueda dar en estas condiciones.
En el otro bloque están a los que les ha surgido inseguridad, aislamiento y depresión por la falta de armonía o resguardo seguro de su familia, señala Raymundo Calderón, director nacional de Psicología de la Universidad del Valle de México.
Las cosas importantes. El académico explica que un niño que ve físicamente a los padres de manera permanente tiene un aliciente importante para el fortalecimiento de su seguridad, esto tiene un efecto tranquilizador, que le permite sentirse protegido y con una gran ilusión.
El experto médico dice que el que estén acompañados no necesariamente significa que estén mejor atendidos, ya que para algunos padres ha aumentado la carga laboral, sumada a las responsabilidades de la casa.
Además, si hubo inconsistencia emocional de los padres, desesperación, regaños o violencia, el niño puede tener problemas de desarrollo psicosocial.
Con el regreso a la nueva normalidad, este grupo de niños aumentaría su deseo de regresar a la escuela o de salir a jugar con sus compañeros, ya que tratará de sustituir el estado afectivo que no vivió en casa.
Caminito de la escuela. Calderón considera que si la convivencia no se da en las condiciones esperadas, es decir, la interacción interpersonal como sucedía antes de la pandemia, es posible que se profundicen los niveles de frustración y se dé un incremento en la depresión infantil entre escolares. Explica que la depresión es una sensación de pérdida de poder, es caer en una situación de tristeza como consecuencia de un sentimiento de falta de utilidad.
El psicólogo recomienda para recuperar la interacción sana de los niños: La detección de manera oportuna sobre sus cambios de conducta y el reconocimiento que se le pueda dar en estas condiciones.
« El Universal »




