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Rodrigo Landa-Romero, un niño pianista y compositor

Rodrigo Landa-Romero, un niño pianista y compositor
Rodrigo Landa-Romero

Publicación:26-02-2020
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A sus 14 años, ha compuesto obras sinfónicas y ganado concursos internacionales como pianista

México.— Ya ha compuesto obras para violín, para piano, para guitarra, para orquesta; un poema sinfónico, una fantasía para cuatro manos, un vals vienés y una obra sinfonía, pero Rodrigo Landa-Romero, quien acaba de cumplir 14 años, no se siente un niño genio. “Todavía me falta mucho para ser un genio. Un genio es alguien muy diferente a todos. Algún día lo seré, pero por ahora no”.

      Pianista y compositor mexicano, Landa-Romero ganó hace unos días y por segunda ocasión un premio internacional de la prestigiada sala de conciertos Carnegie Hall, en Nueva York, donde obtuvo mención honorífica en la categoría juvenil del American Protégé International Piano & Strings Competition 2020, con un lied llamado “El colibrí”.

      En entrevista con Notimex, el joven dijo que la música llegó a él gracias a un pequeño violín que le regalaron cuando tenía dos años de edad y a un viejo piano que tienen en su casa —un Steinway & Sons de 110 años de antigüedad—, que empezó a tocar a los seis años. “Además, mi mamá siempre escucha música clásica. Así que fue una atracción natural”.

      Desde muy pequeño, dijo, jugaba a dirigir una orquesta imaginariam pero fue a partir de que empezó a componer, a los seis años, cuando su opinión sobre la música cambió verdaderamente. Pasó de ser un entretenimiento a un compromiso. “Escuchaba las obras de los grandes maestros y me dije: ´¿Por qué no voy a componer yo también?´. Con el paso de los años, he ido adquirido más estructura para mis composiciones”, explicó.

      Algunas de las piezas que ha compuesto son 21 Preludios para piano solo y una danzaFantasía para cuatro manosTrío para piano, violín y violoncheloAdagio para guitarra y cuarteto de cuerdasTres canciones de cuna para Ludovica y Tres escenas gatunas (estrenada en el Carnegie Hall en diciembre de 2019 e inspirada en los nueve gatos que tiene en su casa).

      Confesó que hasta el momento, la obra con la que se siente más contento es la Sinfonía de Marcelino, que nació a partir, claro, de la película Marcelino pan y vino. “Me gustó porque me tardé más de tres meses en hacerla. Cuando escribo mucho, fluyen más las ideas; cuando escribo poco, se atoran más. Lo que más me gusta componer son obras para orquesta y piezas para piano, pues es el instrumento que más conozco: sé que se puede hacer y qué no”, comentó.

La música, una pasión

Landa-Romero señaló que una de sus mayores influencias es Beethoven, pero también Mozart y Chaikovski. Sin embargo, el compositor que más le gusta es Paganini: “Me gusta mucho por la estructura de sus composiciones, sobre todo me gustan sus seis conciertos para violín y orquesta. Me emociona mucho saber que se puede escribir tan bien para un instrumento como el violín”, señaló.

      Y es que apenas hace año y medio Rodrigo empezó a practicar de manera metódica el violín. Aunque ha destacado como pianista, el sonido de aquel le gusta mucho, pues se le hace muy dulce. “Recientemente me dieron un clarinete como regalo de Reyes, pero todavía no tengo maestro. Creo que debo conocer bien y estudiar todos los instrumentos, pues algún día quiero ser director de orquesta”.

      Sus profesoras de piano actualmente son Rosa María Torner y Margarita de la Mora, ambas del Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. En su técnica ha seguido a Scarlatti, Nicola Porpora, Haydn, Beethoven, Czerny, Liszt, Martin Krause y Claudio Arrau, entre otros. También estudia violín con Damiana Orué, egresada del Conservatorio de Música de Buenos Aires, Argentina.

      Por su ejecución del primer movimiento del Concierto para Piano No. 2, de Rachmaninoff, obtuvo Mención Honorífica en el Grand Prize Virtuoso Vienna International Music Competition 2019 y un Premio de Joven Talento en el Vienna New Year's Concert International Music Competition 2019. Ha interpretado también obras de Johann Sebastian Bach, Carl Philipp Emanuel Bach, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven, Franz Schubert, Felix Mendelssohn, Czerny y Alma Deutscher.

      Ha participado en varios concursos de música en Viena, Austria; Berlín, Alemania; en Estados Unidos y en México, en algunos de ellos ha interpretado obras de su autoría. Ahora escribe un musical que, reconoció, le gustaría que se montara en Broadway. Es miembro del Programa de Amigos tanto de la Filarmónica de Nueva York como de la Orquesta Filarmónica de la UNAM.

      “No me he imaginado como un famoso pianista, sino que más bien me gusta mucho ayudar a la gente. Creo que con lo que hago puedo inspirar a otros a hacer lo mismo. A mí, hacer música me ha ayudado mucho. La siento. Me llega al corazón. Cuando alguien no tiene una pasión o no la ha encontrado, todo es más difícil y anda divagando, justo con series de televisión o cosas así. Y para mí, la música, es una pasión”, sententenció.



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