Cultural Más Cultural
Preside Arzobispo de Monterrey Consagración del Santo Crisma
Publicación:06-04-2023
TEMA: #Semana Santa
Esta celebración es el pórtico de la Alegría: en ella vislumbramos ya la Pascua, dijo Cabrera.
Como cada año, el Arzobispo de Monterrey Rogelio Cabrera López, en compañía de los sacerdotes de la diócesis y de la comunidad católica, presidió la Misa Crismal en la cual consagró los Santos Óleos y con ello se concluyó el periodo cuaresmal.
En esta celebración se consagra el Santo Crisma (de aquí el nombre de misa crismal) y se bendice además los restantes óleos o aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar).
La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.
Durante la homilía, Cabrera López explicó el sentido de esta celebración, señalando que el dolor, la alegría, el sufrimiento y la gloria son el significado de los oleos, mismos que vienen en auxilio de la fragilidad humana y de su iglesia.
"Esta Eucaristía es como un Pregón Pascual, es decir es como una llamada a la alegría, ese es el pregón: ¡Alégrense todos!", expresó Cabrera López.
"Tenemos como signo de alegría los santos óleos, el aceite que nos unge y nos envía, el aceite de los profetas, de los sacerdotes y los reyes", puntualizó.
Asimismo, resaltó la labor de Jesús hacia la humanidad en estas fechas tan importantes de resurrección.
"Hoy proclamamos con alegría que somos libres, que a eso vino Jesús, hacer de la humanidad y hacer cada uno de nosotros hombres y mujeres libres, eso es lo que el Señor dijo en la sinagoga de Nazaret, haciendo suyas las palabras del profeta Isaías, el Espíritu Santo esta sobre mi, porque me ha ungido y me ha enviado", manifestó.
"Ese es el pueblo sacerdotal: amor, unción, misión. Primero el Espíritu Santo nos dice que Dios nos ama, y que ese amor se manifiesta en la unción y en la misión", añadió.
Cabe mencionar que, ordinariamente esta misa se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo; pero, por razones de conveniencia pastoral, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa.
El rito de la Misa Crismal, incluyó la renovación de las promesas sacerdotales, tras la homilía, el Arzobispo invitó a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia.
Juntos prometieron solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.
« El Porvenir / César López »