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Prepara los tradicionales tarugos de tamarindo
Publicación:09-04-2022
TEMA: #Gastronomía
Esta leguminosa de origen africano llegó a nuestro país durante la época de la Colonia.
CIUDAD DE MÉXICO.- El tamarindo está en su mejor temporada, por ello, además de disfrutar de su sabor en refrescantes aguas y paletas, puedes hacerlo parte del momento del postre con un tarugo.
Esta leguminosa de origen africano llegó a nuestro país durante la época de la Colonia, donde se expandió por las zonas tropicales para dejar arraigado su sabor dentro de la gastronomía mexicana. Hoy en día, los mayores productores de tamarindo en México son los estados de Jalisco, Colima y Michoacán. Se calcula una producción anual de más de 50 toneladas a nivel nacional.
Además de sabor, es un ingrediente que posee múltiples beneficios, entre ellos, tiene propiedades laxantes, diuréticas y antisépticas. No solo la vaina del tamarindo se utiliza, si no que sus raíces, tallos, hojas y semillas son empleadas en distintas industrias.
En México, su alta acidez es una de las características que lo ha hecho protagonista de gran variedad de platillos, tanto dulces como salados, sin olvidar la espléndida mezcla que resulta al combinarlo con chile.
Hoy te compartimos la sencilla receta de los tradicionales tarugos de tamarindo, para que los disfrutes en casa y puedas comerlos cuando más se te antojen.
Ingredientes:
½ kilo de tamarindo
¾ de taza de azúcar
½ taza de agua
4 cucharadas de chile en polvo
1 pizca de sal
Para cubrir
Chile en polvo al gusto
Azúcar en polvo al gusto
1 pizca de sal
Procedimiento:
Pelar el tamarindo y retirar las semillas. Se pueden dejar algunas para dar una textura más firme.
En una olla, colocar la pulpa de tamarindo y agregar el agua, azúcar, chile y sal.
Dejar hervir removiendo constantemente para deshacer el tamarindo.
Una vez que el tamarindo esté blando, mezclar vigorosamente y dejar hervir hasta que se forme una pasta espesa.
Retirar del fuego y dejar enfriar.
Una vez frío, tomar porciones de una cucharada y rodar entre las manos hasta formar esferas.
Combinar chile en polvo, sal y azúcar en la proporción deseada. Rodar las bolitas en la mezcla para cubrir. Disfrutar.
Se pueden guardar en un recipiente hermético o envolver en celofán cada pieza.
Esta leguminosa de origen africano llegó a nuestro país durante la época de la Colonia, donde se expandió por las zonas tropicales para dejar arraigado su sabor dentro de la gastronomía mexicana. Hoy en día, los mayores productores de tamarindo en México son los estados de Jalisco, Colima y Michoacán. Se calcula una producción anual de más de 50 toneladas a nivel nacional.
Además de sabor, es un ingrediente que posee múltiples beneficios, entre ellos, tiene propiedades laxantes, diuréticas y antisépticas. No solo la vaina del tamarindo se utiliza, si no que sus raíces, tallos, hojas y semillas son empleadas en distintas industrias.
En México, su alta acidez es una de las características que lo ha hecho protagonista de gran variedad de platillos, tanto dulces como salados, sin olvidar la espléndida mezcla que resulta al combinarlo con chile.
Hoy te compartimos la sencilla receta de los tradicionales tarugos de tamarindo, para que los disfrutes en casa y puedas comerlos cuando más se te antojen.
Ingredientes:
½ kilo de tamarindo
¾ de taza de azúcar
½ taza de agua
4 cucharadas de chile en polvo
1 pizca de sal
Para cubrir
Chile en polvo al gusto
Azúcar en polvo al gusto
1 pizca de sal
Procedimiento:
Pelar el tamarindo y retirar las semillas. Se pueden dejar algunas para dar una textura más firme.
En una olla, colocar la pulpa de tamarindo y agregar el agua, azúcar, chile y sal.
Dejar hervir removiendo constantemente para deshacer el tamarindo.
Una vez que el tamarindo esté blando, mezclar vigorosamente y dejar hervir hasta que se forme una pasta espesa.
Retirar del fuego y dejar enfriar.
Una vez frío, tomar porciones de una cucharada y rodar entre las manos hasta formar esferas.
Combinar chile en polvo, sal y azúcar en la proporción deseada. Rodar las bolitas en la mezcla para cubrir. Disfrutar.
Se pueden guardar en un recipiente hermético o envolver en celofán cada pieza.
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