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Masato, una de las bebidas tradicionales de Latinoamérica

Masato, una de las bebidas tradicionales de Latinoamérica


Publicación:21-01-2022
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Latinoamérica cuenta con miles de bebidas tradicionales

CIUDAD DE MÉXICO.- La gastronomía no solo abarca los platillos de cada cultura, las bebidas también son parte de las tradiciones y de la dieta de las personas.
Latinoamérica cuenta con miles de bebidas tradicionales y aunque es difícil rastrear el origen de muchas, aún existen pueblos que se dedican a elaborarlas como parte de su identidad y para no dejar que se pierdan las recetas que pasan de generación en generación.
El masato del que te contamos hoy es una bebida fermentada de yuca tradicional de Perú, también llamada chicha de yuca, aunque en otras regiones los ingredientes base varían entre el maíz o el arroz y no se fermentan.
Su origen es incierto, pues hoy se prepara y bebe con mayor popularidad en la amazonia peruana por etnias como los chayahuita, a diferencia de las versiones no fermentadas que se acostumbran en el centro de Colombia y algunas zonas de Venezuela. Es por ello que las recetas cambian según el contexto geográfico.
La elaboración tradicional de la selva peruana es un poco controversial, pero es necesario entender la parte cultural que hay detrás del proceso, además de que existen métodos diferentes que permiten la producción y comercialización segura del masato.
En algunas zonas, principalmente las rurales, se prepara con yuca que se pela y se cocina en ollas de barro. Para esto se cava un agujero en la tierra donde se introduce la olla con la yuca, agua y se cubre con hojas de plátano. Posteriormente se coloca leña encendida alrededor de la olla y se deja hervir hasta que el tubérculo esté cocido.
Una vez cocida, la yuca se muele de manera manual sobre tinas. Para acelerar la fermentación, el método tradicional es masticar una porción de yuca y mezclarla nuevamente con el resto.
Por último se cubre la tinaja con hojas de plátano y se deja fermentar de uno a tres días, en este punto la bebida resultante aún conserva el sabor dulce de los almidones de la yuca, a partir del cuarto día se le llama masato fuerte y su contenido alcohólico en más alto.
Otro método para evitar masticar la yuca es añadir camote crudo y rallado, lo que ayuda a elevar la cantidad de azúcares y almidones de la mezcla, por lo que la fermentación es posible gracias a las levaduras naturales aunque algunas veces el proceso se prolonga.
Esta bebida se ve envuelta en un ambiente ritual, en el caso de las mujeres chayahuitas, ellas son quienes lo preparan y solo pueden hacerlo después de alcanzar la pubertad. Al llegar ese momento, se tejen faldas de algodón que deben teñirse de color rojo o café con bordados tradicionales y se usan en ocasiones especiales como servir el masato.


« El Universal »