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La Quinta Montes Molina, pilar de la arquitectura de Mérida
Publicación:20-02-2024
TEMA: #Cultura
Fue en 1906 que la ahora Quinta Montes Molina adquirió parte de su legado histórico
MÉRIDA, Yuc., febrero 20 (EL UNIVERSAL).-El turismo en Yucatán
arranca la semana con fuerza. Aunque es lunes, el Paseo Montejo, una de las principales arterias de la ciudad, luce con mucha vida. Debido a que aún no concluye el invierno, la temperatura no pasa los 27 grados al mediodía, lo que se refleja en la gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros que recorren con comodidad la avenida, famosa por su gran variedad cultural.
Un ejemplo es el número 46 de Paseo Montejo, donde a finales del siglo XIX un hombre de clase alta, Aurelio Portuondo, mandó a construir una casona con arquitectura representativa de la época para vivir con su esposa.
Sin embargo, por las tensiones que generó la Revolución Mexicana, Portuondo huyó a Cuba y vendió la propiedad a Avelino Montes Linaje, un reconocido hombre de negocios. Fue en 1906 que la ahora Quinta Montes Molina adquirió parte de su legado histórico, ya que Avelino Montes se casó con María Molina, hija de Olegario Molina Solís (gobernador de Yucatán de 1902 a 1906).
Y es que una de las hijas de este matrimonio, Josefina Molina, decidió que la casona debía mantener su esencia, por lo que se convirtió en uno de los sitios históricos más relevantes de Mérida, pues conserva el estilo arquitectónico y de interiores del Porfiriato.
Desde 1956, la casa fue habitada por los descendientes de los Molina, pero en 2006 se decidió convertirla en un museo, por acuerdo de los familiares y la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora del lugar, Lilián Navarro, explica que la casona tuvo necesidad de mantenimiento, por lo que la familia decidió que era mejor convertir el espacio en un sitio de exposición. Agrega que, por la fama, decenas de turistas y vecinos pedían entrar a la casa antes de que fuera convertida en un recinto cultural.
"Tuvimos que hacer un fuerte trabajo de curaduría e investigación, fue necesario averiguar el origen de los muebles, de los objetos, su estilo, todo, ha sido un trabajo que hemos realizado poco a poco, a través de los años, conforme va creciendo", apunta. De acuerdo con Navarro, es importante conservar el recinto como sitio histórico, ya que es uno de los recuerdos mejor conservados del "oro verde de Yucatán", un periodo donde la entidad desarrolló gran parte de su estilo arquitectónico y social.
Agrega que el turismo en Yucatán ha mostrado recuperación tras la pandemia, y que la seguridad de la ciudad promueve que los turistas visiten sitios culturales. "Mérida tiene mucho por dar, tenemos mucha seguridad, la sentimos y la vivimos, por eso el turismo es una de las principales fuentes económicas".
Un ejemplo es el número 46 de Paseo Montejo, donde a finales del siglo XIX un hombre de clase alta, Aurelio Portuondo, mandó a construir una casona con arquitectura representativa de la época para vivir con su esposa.
Sin embargo, por las tensiones que generó la Revolución Mexicana, Portuondo huyó a Cuba y vendió la propiedad a Avelino Montes Linaje, un reconocido hombre de negocios. Fue en 1906 que la ahora Quinta Montes Molina adquirió parte de su legado histórico, ya que Avelino Montes se casó con María Molina, hija de Olegario Molina Solís (gobernador de Yucatán de 1902 a 1906).
Y es que una de las hijas de este matrimonio, Josefina Molina, decidió que la casona debía mantener su esencia, por lo que se convirtió en uno de los sitios históricos más relevantes de Mérida, pues conserva el estilo arquitectónico y de interiores del Porfiriato.
Desde 1956, la casa fue habitada por los descendientes de los Molina, pero en 2006 se decidió convertirla en un museo, por acuerdo de los familiares y la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la directora del lugar, Lilián Navarro, explica que la casona tuvo necesidad de mantenimiento, por lo que la familia decidió que era mejor convertir el espacio en un sitio de exposición. Agrega que, por la fama, decenas de turistas y vecinos pedían entrar a la casa antes de que fuera convertida en un recinto cultural.
"Tuvimos que hacer un fuerte trabajo de curaduría e investigación, fue necesario averiguar el origen de los muebles, de los objetos, su estilo, todo, ha sido un trabajo que hemos realizado poco a poco, a través de los años, conforme va creciendo", apunta. De acuerdo con Navarro, es importante conservar el recinto como sitio histórico, ya que es uno de los recuerdos mejor conservados del "oro verde de Yucatán", un periodo donde la entidad desarrolló gran parte de su estilo arquitectónico y social.
Agrega que el turismo en Yucatán ha mostrado recuperación tras la pandemia, y que la seguridad de la ciudad promueve que los turistas visiten sitios culturales. "Mérida tiene mucho por dar, tenemos mucha seguridad, la sentimos y la vivimos, por eso el turismo es una de las principales fuentes económicas".
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