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La alquimista Selma Ancira

La alquimista Selma Ancira


Publicación:19-11-2023
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Los invito a deleitarse con la obra traducida de Selma Ancira quien piensa que traducir es leer, es andar de oídos, es viajar, es, desde luego, escribir

Hace apenas 10 días se entregaron los Premios Nacionales de Artes y Literatura en la ceremonia del Palacio de Bellas Artes que desacertadamente se combinó con la afortunada entrega del premio Carlos Fuentes a Elena Poniatowska. La entrega de los Premios Nacionales merecía atención y espacio específico, y no como evento encabalgado que palideció en la cobertura de medios. Muy difícil competir con la visibilidad de Elena Poniatowska, con su trabajo ininterrumpido, con sus 91 años y la manera en que nos ha devuelto el México del siglo XX.

Es la primera vez que se entrega un Premio Nacional de Artes y Literatura para la traducción literaria. Por primera vez se incluye a la traducción como una disciplina artística y Selma Ancira, quien ha dedicado su vida a traducir autores que la apasionan del ruso y del griego moderno al español, lo recibe. La mayor parte de su obra ha sido publicada en la editorial Acantilado ubicada en Barcelona, donde ella vive desde hace muchísimos años y en esos libros bellamente editados nos ha acercado textos de Marina Tsvetáyeva, Gogol, Pushkin, Los Diarios de Tolstoi, de Giorgos Seferis, poemas de Yannis Ritsos. Otra vida por vivir del griego Theodor Kallifatides ha sido para mí una lectura indispensable y eso se lo debo a la dedicación y el talento de la premiada.

Selma Ancira fue compañera de escuela en los últimos años del bachillerato, hija del conocido actor Carlos Ancira, cuyo monólogo El diario de un loco estuvo en cartelera por años y fue una experiencia fundamental para quienes empezábamos a ver teatro. Selma era entonces la hija del actor, si su padre viviera diríamos que es el padre de la traductora Premio Nacional. Lo pronuncio y se me llena la boca porque he leído algunas de sus traducciones, pero también porque la he seguido en las espléndidas fotografías de los viajes que hace por aquí por allá, muchas veces persiguiendo a los escritores de su pasión, buscando sus paisajes y su mirada en esa relación de la geografía y la expresión escrita. Buscadora de palabras, perpetuadora de imágenes, con una afabilidad y una calidez que la hacen entrañable, también he conversado con ella como cuando coincidimos Guadalupe Quintana y yo en la presentación del libro de Kaliffatides en una librería de Madrid, curiosamente una librería dedicada a viajes. Ella, viajera literaria, pateadora de caminos. Coincidencias afortunadas como el momento en que me llegó la noticia de que era para ella el Premio Nacional. Recién había concluido el prólogo que gozosamente escribí para el bello texto de Selma Ancira sobre ser traductora que ilustra compartiendo la experiencia de traducir Zorba, el griego. Acababa de estar con ella en las palabras aún inéditas mientras recorría el Peloponeso y Creta, mientras preguntaba a expertos y a locales sobre ciertas expresiones y caminaba al lado de la ahijada de Kazantzakis rumbo a la mina de lignino. Leer el texto que será publicado por la editorial Gris tormenta próximamente no sólo me permitió comprender lo que implica la traducción literaria comprometida, si no la pasión, el empeño y la búsqueda de la espontaneidad del texto que se propone Selma Ancira, a la par que descubrí su veta de ensayista. Los invito a deleitarse con la obra traducida de Selma Ancira quien piensa que traducir es leer, es andar de oídos, es viajar, es, desde luego, escribir, compartir, es afinar el alma con el autor y la obra, es ser un alquimista, y es una manera de estar en el mundo. Erigir un puente entre las lenguas que ama, paladea, rastrea, lee, pregunta, encuentra, entona, sintoniza, siempre en busca de la palabra precisa, del respeto a la intención del autor y la naturalidad de la prosa, es un acto de generosidad para el lector que de otra manera se perdería del privilegio de iluminar la experiencia humana (Kundera) desde otras voces. Por ello celebramos un premio para Selma Ancira, que es a su vez para el trabajo de los traductores en el mundo, y el reconocimiento a una apasionada dedicación.



« Mónica Lavín »