Invita Arzobispo a tender la mano a los más necesitados

En el marco de la IV Jornada Mundial de los Pobres, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, invitó a la comunidad regiomontana disponerse de corazón a tender generosamente la mano a todos aquellos que necesitan de ayuda.

"Este tiempo de pandemia ha incrementado el número de pobres en el mundo, por lo que el llamado es urgente", aseveró Cabrera López.

"No limitemos nuestra ayuda, seamos conscientes de que al realizar sólo actos aislados de apoyo y cercanía no será posible alcanzar el objetivo que el mismo Evangelio nos propone", enfatizó.

Exhortó a pensar cómo día a día se puede hacer parte de la vida el apoyo y la cercanía, no sólo dando algunas monedas, sino buscando generar espacios que ayuden a que el nivel de vida de aquellos marginados sea elevado.

"Busquemos apoyar a las instituciones que ya tienen un camino organizado, pero no los dejemos solos, no aquietemos nuestra conciencia pensando en que ellos todo lo resolverán, este es un trabajo en equipo, en comunión de hermanos", recalcó.

"Como Iglesia, debemos esforzarnos cada día para dar lo mejor de nosotros mismos, por lo que agradezco a Dios el compromiso de muchos fieles que han hecho posible el que tengamos nuestro comedor diocesano en el que un grupo de laicos comprometidos dedican parte de su tiempo a preparar alimentos, los cuales son distribuidos en las zonas más pobres de la Arquidiócesis, por los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Monterrey", añadió.

Cabrera López, pidió sumarse al apostolado "Cocinando de corazón a corazón" y con ello participar ayudando a los que más lo necesiten.

"Hay mucho trabajo por realizar, hay muchos hermanos nuestros que nos necesitan y no podemos permanecer indiferentes a ese llamado. Cristo mismo es quien nos llama a verlo a Él en ellos, en los más necesitados.

Pido a Dios sean muchos los que se unan a este proyecto, y también a los demás proyectos que realizamos en la Arquidiócesis para auxiliar a los hermanos", mencionó.

"No dejemos pasar la oportunidad que Dios nos brinda. Sabemos que todos tenemos carencias y necesidades apremiantes pero, como decía nuestro querido Cardenal Adolfo Suárez Rivera, 'desde nuestra pobreza, podemos ayudar a los más pobres, seguros de que Dios siempre nos socorrerá'”, finalizó.