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Es Monterrey la musa de Armando Alanís
Publicación:24-11-2021
TEMA: #Poesia
“La ciudad de Monterrey es parte mía, soy regiomontano, aquí nací y vivo, me gusta mucho y todo lo que conlleva ser regiomontano"
“La ciudad de Monterrey es mi gran musa literaria”, manifestó el poeta regiomontano Armando Alanís Pulido, Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén en 2008, en su participación en el programa Diálogos con autores de Nuevo León, realizado en la Casa de la Cultura de Nuevo León y transmitido en vivo a través del Facebook de Conarte.
“La ciudad de Monterrey es parte mía, soy regiomontano, aquí nací y vivo, me gusta mucho y todo lo que conlleva ser regiomontano, con todos sus defectos y virtudes. Por ello es la gran musa, la gran protagonista de mis textos.
“Trato de habitar la ciudad poéticamente, y entablar un diálogo a través de Acción Poética, descubrirla y descubrirme yo en ella y estar narrándola siempre en mis textos”, señaló el Premio a las Artes 2005 de la UANL.
La escritora Lorena Sanmillan fue la encargada de entrevistar a Armando Alanís Pulido, en una charla donde el autor habló sobre su quehacer literario y su experiencia como lector y escritor.
Su libro Balacera
“Este libro de poemas presenta un doble interés: por una parte constituye una antología de algunos de los poemas visuales que el autor ha pintado en numerosas bardas de Monterrey a lo largo de la temporada más violenta en la historia de esta ciudad, y de modo simultáneo es una colección de poemas breves, algunos muy divertidos, todos profundamente humanos, que retratan las distintas catástrofes que han asolado recientemente a Monterrey”, describe la Editorial Tusquets al presentar este libro de Alanís.
“Balacera es un parteaguas, todos mis libros tienen una poética muy clara, que es la ciudad y el amor, pero este libro es como una crónica de aquellos años aciagos que vivimos en el año 2008 al 2012, con la violencia que se desató en la ciudad”, manifestó el poeta.
“Me pasaron muchas cosas muy cercanas, nada de daños colaterales afortunadamente, yo tenía mucho miedo, toda la ciudad sentía miedo; en esos momentos era maestro en la Facultad de Comunicación de la Universidad y mis alumnos me llevaban a ver casas que estaban balaceadas, o me platicaban cosas que les habían pasado, ade-más todos vimos esos colgados y des-cabezados, pero había un asunto con el lenguaje que me molestaba”, expresó.
“Balacera más que el asunto de la violencia, es la violencia contra el lenguaje, me acuerdo que estaba minimizado, a los narcos les decían los malitos, y yo estaba muy desesperado, porque no son los malitos son los malotes”.
Y balacera, mencionó, era una palabra que todos los días se decía y se publicaba.
“Estábamos viviendo en esta normalidad de violencia y partir de allí salen estos textos que fueron muy duros; de principio no los podía leer y terminó siendo como una crónica de esos días violentos, tratando de ponerlos en un lenguaje más sublimado, suavizado, si es que eso se puede con esas cosas horribles de la humanidad”, apuntó Pulido.
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