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Cultural Literatura


Élmer Mendoza recibe Premio Juan Crisóstomo Doria

Élmer Mendoza recibe Premio Juan Crisóstomo Doria


Publicación:02-09-2021
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"Aunque empecé mi carrera escribiendo cuentos, soy novelista"

Ciudad de México,. Élmer Mendoza (Culiacán, 1949), quien recibió el Premio Juan Crisóstomo Doria a las Humanidades 2021 de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, concibe el trabajo de novelista como el de un constructor de esferas, "así me percibo todas las mañanas mientras hago mis rituales, como un constructor de esferas de palabras, un cuerpo de palabras perfecto que además de palabras me gusta que tenga música, aromas, sueños, paisajes y deseos".
El autor de El amante de Janis Joplin y colaborador de EL UNIVERSAL habla en entrevista de México, de su proceso creativo y de la novela; "aunque empecé mi carrera escribiendo cuentos, soy novelista", afirma.
-¿Llegar a la obra maestra es genialidad o puro trabajo?
--El oficio de novelista es un oficio para malditos, la capacidad de obsesionarse permite mantenerte alerta sino durante todo el proceso sí por lo menos en el 80% de escritura real, que en mi caso ya sabes que dura alrededor de dos años y medio o tres años, es fundamental porque en la parte de la escritura es donde uno tiene revelaciones y son revelaciones que no tienen que ver con la genialidad sino simplemente con el trabajo.
-¿Y ser un gran observador?, en tu caso siempre está presente la realidad.
--Creo que cualquier realidad es impactante para el autor, la mayoría de los autores trabajamos mucho con los recuerdos, pero también mucho con la percepción; creo que incluso los autores que trabajan sobre espacios lejanos parten de sus espacios conocidos y que los rodean aunque escriban sobre París o sobre Londres. Por ejemplo, si un día escribo sobre Londres, el Támesis va a ser el río Tamazula.
-¿No esquivas la realidad social, política, cultural?
--Aun cuando ves que están pasando tantas cosas terribles, yo no quiero, yo me niego a salir de mi país; los problemas de mi país, cotidianos, todo lo que nos envuelve y aumenta peligrosamente, como los millones de pobres... vieras cómo me duele, y reconocer que lo único que yo puedo hacer es compartir libros. Todos los años regalo cajas de libros a las escuelas de la sierra con la idea de que ellos se encuentren a sí mismos y puedan un poco aspirar a salir de la situación tan lacerante en la que se encuentran; todo eso me duele e intentar llevar esa violencia a un discurso literario no siempre resulta fácil, pero siempre creo que uno tiene que tener la tendencia de convertir esas miasmas en un material estético y artístico.
-¿En tu literatura se cuela la violencia de México?
--Siempre que intento ver el país lo primero que aparece es la violencia, la violencia y la falta de políticas reales, intensas, serias para cuando menos hacer un esfuerzo para resolver este problema gravísimo que estamos padeciendo y que parece que cada día se vuelve más lacerante, más amenazante para todos los mexicanos, no sólo los de Guanajuato o Michoacán, sino realmente para todos porque no hay un lugar donde te puedas sentir seguro.


« El Universal »