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Disfruta gratis de una galería con 78 esculturas en Chapultepec
Publicación:28-01-2024
TEMA: #Arte
Este Jardín es uno de los más relevantes de América Latina.
CIUDAD DE MÉXICO, enero 28 (EL UNIVERSAL).- Una gran opción para este domingo o para visitarlo de martes a domingo de manera gratuita y libre, es el Jardín Escultórico del Museo de Arte Moderno
(MAM), se trata de un espacio público para recorrer y conocer 78 piezas de lo más destacado de los artistas de los siglos XX y XXI en México, entre quienes destacan piezas de Ángela Gurría, Mathias Goeritz, Vicente Rojo, Jesús Mayagoitia, Kiyoto Ota, Hersúa, Juan Soriano, Hebert Hoffman Ysenbourg, Manuel Félguerez, Lorraine Pinto, Ana Pellicer, Oliver Seguin, Pistoletto y Laureana Toledo, entre otros.
Tanto por el conjunto de obras que reúne como por la integración de estas con el paisaje natural del Bosque de Chapultepec y la propuesta arquitectónica de Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, este Jardín es uno de los más relevantes de América Latina. La entrada es gratuita de martes a domingo de 11:00 a 18:00 horas.
El Jardín Escultórico resguarda 78 esculturas.
Puedes disfrutar de esculturas como la "Serpiente de El Eco", de Mathías Goeritz, obra que por años se convirtió en el logo que daba identidad al MAM; "El pájaro de dos caras", de Juan Soriano; "Río Papaloapan", de Angela Gurría; "El templo de los deseos o Fuente", del artista japonés Kiyoto Ota; "Mujer con la cabeza levantada", de Waldemar Sjölander; "Siluetas", de Luis Ortiz Monasterio; "Géminis", de Salvador Manzano; o "El barco México 68", de Manuel Felguérez.
También se pueden apreciar: "La máquina enamorada", de Ana Pellicer; "La Ola", de Vicente Rojo; "Ovi", de Hersúa (Manuel Hernández Suárez); "La familia", de Frank Kyle Black; "Las dos esperanzas", de Francisco Zúñiga; "La jaula de las palabras", de Gelsen Gas; "Mujer sentada", de Tomás Chávez Morado. Todas las esculturas están colocadas en un circuito alrededor de las salas del MAM.
Aunque el proyecto original del museo contemplaba la existencia de un jardín, fue hasta la década de los ochenta, bajo la dirección de Helen Escobedo, que este espacio se configuró como un elemento que ampliaba los límites del MAM y experiencia estética de los visitantes.
Así fue como con diseño a cargo del paisajista y agrónomo Juan Siles, las primeras obras se fueron integrando al Jardín provenientes de las Bienales Nacionales de Escultura, organizadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) entre 1962 y 1969. Y así puedes encontrar desde la apuesta por una escultura nacionalista hasta la experimentación y la abstracción, con una variedad de técnicas y materiales utilizados y la pluralidad de artistas, nacionales y extranjeros.
El objetivo del nuevo Jardín Escultórico es caminar, contemplar y acercar a las y los visitantes a las obras que más les agraden, para que conozcan más acerca de la propuesta del artista.
En febrero del año pasado el Jardín Escultórico fue restaurado e intervenido en varias de sus piezas. También fueron iluminados los 27 mil metros cuadrados de áreas verdes, con iluminación especializada para todas las esculturas.
Ingresar al jardín y recorrerlo es de entrada libre, posee accesibilidad para personas con discapacidad motriz, tiene rampas, guías podotáctiles para personas con discapacidad visual, recursos de comunicación con códigos QR, en las que se puede acceder en lectura fácil a todas las cédulas de las esculturas en diversos idiomas, diseñados para la comprensión de las infancias o de personas con neurodivergencias, como el autismo.
Tanto por el conjunto de obras que reúne como por la integración de estas con el paisaje natural del Bosque de Chapultepec y la propuesta arquitectónica de Pedro Ramírez Vázquez y Rafael Mijares, este Jardín es uno de los más relevantes de América Latina. La entrada es gratuita de martes a domingo de 11:00 a 18:00 horas.
El Jardín Escultórico resguarda 78 esculturas.
Puedes disfrutar de esculturas como la "Serpiente de El Eco", de Mathías Goeritz, obra que por años se convirtió en el logo que daba identidad al MAM; "El pájaro de dos caras", de Juan Soriano; "Río Papaloapan", de Angela Gurría; "El templo de los deseos o Fuente", del artista japonés Kiyoto Ota; "Mujer con la cabeza levantada", de Waldemar Sjölander; "Siluetas", de Luis Ortiz Monasterio; "Géminis", de Salvador Manzano; o "El barco México 68", de Manuel Felguérez.
También se pueden apreciar: "La máquina enamorada", de Ana Pellicer; "La Ola", de Vicente Rojo; "Ovi", de Hersúa (Manuel Hernández Suárez); "La familia", de Frank Kyle Black; "Las dos esperanzas", de Francisco Zúñiga; "La jaula de las palabras", de Gelsen Gas; "Mujer sentada", de Tomás Chávez Morado. Todas las esculturas están colocadas en un circuito alrededor de las salas del MAM.
Aunque el proyecto original del museo contemplaba la existencia de un jardín, fue hasta la década de los ochenta, bajo la dirección de Helen Escobedo, que este espacio se configuró como un elemento que ampliaba los límites del MAM y experiencia estética de los visitantes.
Así fue como con diseño a cargo del paisajista y agrónomo Juan Siles, las primeras obras se fueron integrando al Jardín provenientes de las Bienales Nacionales de Escultura, organizadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) entre 1962 y 1969. Y así puedes encontrar desde la apuesta por una escultura nacionalista hasta la experimentación y la abstracción, con una variedad de técnicas y materiales utilizados y la pluralidad de artistas, nacionales y extranjeros.
El objetivo del nuevo Jardín Escultórico es caminar, contemplar y acercar a las y los visitantes a las obras que más les agraden, para que conozcan más acerca de la propuesta del artista.
En febrero del año pasado el Jardín Escultórico fue restaurado e intervenido en varias de sus piezas. También fueron iluminados los 27 mil metros cuadrados de áreas verdes, con iluminación especializada para todas las esculturas.
Ingresar al jardín y recorrerlo es de entrada libre, posee accesibilidad para personas con discapacidad motriz, tiene rampas, guías podotáctiles para personas con discapacidad visual, recursos de comunicación con códigos QR, en las que se puede acceder en lectura fácil a todas las cédulas de las esculturas en diversos idiomas, diseñados para la comprensión de las infancias o de personas con neurodivergencias, como el autismo.
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