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Arqueología estelar revela cúmulo globular

Arqueología estelar revela cúmulo globular
Los investigadores propusieron que estos cúmulos globulares que ya no están con nosotros fueron agotados constantemente por las fuerzas gravitacionales de la Vía Láctea

Publicación:29-07-2020
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El equipo midió la abundancia de elementos más pesados, lo que los astrónomos llaman la metalicidad de una estrella

Madrid, España.-Astrónomos han descubierto una corriente estelar compuesta por los restos de un antiguo cúmulo globular que fue destruido por la gravedad de la Vía Láctea hace 2 mil millones de años.

Este sorprendente hallazgo, publicado en ‘Nature’, y que data de cuando las formas de vida más complejas de la Tierra eran organismos unicelulares, contradice el conocimiento convencional sobre cómo se forman estos objetos celestes.

Un cúmulo globular es una esfera compuesta por un millón de estrellas unidas por la gravedad y orbitando un núcleo galáctico. La Vía Láctea alberga a unos 150, que forman un halo tenue que envuelve nuestra galaxia.

Pero el cúmulo globular que generó esta corriente estelar recién descubierta tenía un ciclo de vida que era muy diferente de los cúmulos globulares que vemos hoy. “Esta es la arqueología estelar, descubriendo los restos de algo antiguo, arrastrado por un fenómeno más reciente”, explica el investigador Ting Li.

Utilizando el Telescopio Anglo-Australiano, la corriente fue revelada por el S5, la Colaboración para el Estudio Espectroscópico de la Corriente Estelar del Sur. Dirigida por Li, la iniciativa tiene como objetivo cartografiar el movimiento y la química de las corrientes estelares en el Hemisferio Sur.

En este estudio, la colaboración se centró en una corriente de estrellas de la constelación de Fénix. “Los restos del cúmulo globular que componen la Corriente Fénix fueron interrumpidos hace muchos miles de millones de años, pero afortunadamente retienen el recuerdo de su formación en el universo primitivo, que podemos leer de la composición química de sus estrellas”, señala Li.

El equipo midió la abundancia de elementos más pesados, lo que los astrónomos llaman la metalicidad de una estrella.

La composición de una estrella refleja la de la nube de gas galáctico del que nace. Cuantas más generaciones anteriores de estrellas hayan sembrado este material con elementos pesados que produjeron durante sus vidas, se cree que las estrellas están más enriquecidas o metálicas. Por lo tanto, una estrella primitiva muy antigua casi no tendrá elementos pesados.

”Nos sorprendió mucho descubrir que la Corriente Fénix es claramente diferente de todos los otros cúmulos globulares en la Vía Láctea --explica el autor principal Zhen Wan, de la Universidad de Sydney--. Aunque el cúmulo fue destruido hace miles de millones de años, todavía podemos decir que se formó en el universo primitivo”.

Debido a que otros cúmulos globulares conocidos están enriquecidos por la presencia de elementos pesados forjados por generaciones anteriores estelares, se teorizó que se requería una abundancia mínima de elementos más pesados para que se formara un cúmulo globular.

Pero el progenitor Corriente Fénix está muy por debajo de esta metalicidad mínima pronosticada, lo que plantea un problema importante para las ideas anteriores sobre cómo nacen los cúmulos globulares.

”Una posible explicación es que Corriente Fénix representa el último de su tipo, el remanente de una población de cúmulos globulares que nació en entornos radicalmente diferentes a los que vemos hoy”, apunta Li.

Los investigadores propusieron que estos cúmulos globulares que ya no están con nosotros fueron agotados constantemente por las fuerzas gravitacionales de la Vía Láctea, que los hicieron pedazos. Los restos de otros cúmulos globulares antiguos también pueden vivir como corrientes débiles que aún se pueden descubrir antes de que se disipen con el tiempo.

”Queda mucho trabajo teórico por hacer, y ahora hay muchas preguntas nuevas que debemos explorar sobre cómo se forman las galaxias y los cúmulos globulares”, señala el coautor Geraint Lewis, también de la Universidad de Sydney.



« Redacción »