Aceite de oliva ayuda a reducir el riesgo de sufrir demencia

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 9 (EL UNIVERSAL).- El aceite de oliva, una piedra angular de la dieta mediterránea, ha sido objeto de numerosos estudios que han explorado sus efectos en la salud . Recientemente, un estudio publicado en JAMA Network Open ha reavivado el debate sobre los beneficios del aceite de oliva para la salud cerebral. Este estudio, dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, examinó dos grupos de profesionales de la salud estadounidenses y encontró una asociación entre el consumo diario de aceite de oliva y un menor riesgo de morir por demencia.
Los hallazgos de este estudio son significativos: consumir al menos media cucharada de aceite de oliva al día se asoció con un riesgo 28% menor de morir de demencia en comparación con aquellos que rara vez o nunca consumían este alimento. Además, aquellos que informaron un mayor consumo de aceite de oliva tuvieron un menor riesgo de demencia, independientemente de la calidad de su dieta o su adherencia a la dieta mediterránea.
Este estudio, que observó a más de 92,000 profesionales de la salud estadounidenses durante 28 años, sugiere que incluso pequeñas modificaciones en la dieta, como reemplazar una cucharadita de margarina o mayonesa con aceite de oliva, pueden tener beneficios significativos para la salud cerebral a largo plazo.
Los investigadores también señalan que el aceite de oliva se ha asociado previamente con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, lo que sugiere que su beneficio para la salud no se limita al cerebro. Además, estudios anteriores han demostrado que el consumo de aceite de oliva, especialmente el virgen extra, puede tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Según los expertos, el aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas y contiene compuestos con actividad antioxidante que pueden proteger el cerebro. Además, su capacidad para cruzar la barrera hematoencefálica y sus efectos positivos en la salud del corazón pueden indirectamente apoyar la salud cerebral y evitar la demencia.