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A subasta homenaje de Picasso a su musa Marie-Thérèse Walter
Publicación:13-04-2022
TEMA: #Picasso
'Femme nue couchée' es una obra revolucionaria y extraordinariamente sensual que fue propiedad de los herederos de Picasso
Nueva York, EU.- Por primera vez sale a subasta en Nueva York un homenaje que Pablo Ruiz Picasso rindió a su musa Marie-Thérèse Walter hace 90 años, un monumental cuadro de 'Femme nue couchée' ('Mujer desnuda acostada') valorado en más de 60 millones de dólares (más de 55 millones de euros). Será el próximo 17 de mayo, en la cita de arte moderno de Sotheby's que sacará a la venta otras obras destacadas como 'Le Grand Canal et Santa Maria della Salute' de Claude Monet y la obra maestra del expresionismo abstracto 'Nile', de Philip Guston.
'Femme nue couchée' es una obra revolucionaria y extraordinariamente sensual que fue propiedad de los herederos de Picasso durante décadas antes de ser comprado directamente a la familia», apuntó en un comunicado la directora mundial del Departamento de Arte Moderno e Impresionista de Sotheby's, Helena Newman.
El artista malagueño la pintó en París en 1932, el 'annus mirabilis' del pintor. Fue tan extraordinaria la producción de Picasso en ese año que la Tate Modern le dedicó una exposición, 'París 1932'. «Hubo muchos años notables en la larga y dramática carrera de Pablo Picasso, pero 1932 destaca por ser particularmente trascendental», explicó por su parte el director del Departamento de Arte Moderno de Sotheby's en América, Julian Dawes, quien apuntó que se trata del año en el que produjo algunas de sus icónicas imágenes de Marie Thérèse.
«En 'Femme nue couchée', se la presenta con una potente mezcla de sensualidad e ingenuidad juvenil, y presagia un importante punto de inflexión creativo para Picasso, ya que ya no estaba dispuesto a ocultar su pasión y su aventura», añadió Dawes. Picasso había conocido a Marie-Thérèse en París en 1927 cuando ella tenía diecisiete años y mantuvo una relación secreta con ella durante años, mientras todavía seguía casado con la bailarina Olga Khokhlova.
Esta obra revolucionaria se desmarca del resto de los retratos por su composición, radicalmente diferente tanto del resto de sus obras como de la tradición histórica del desnudo femenino reclinado. En esta pintura, la figura de Marie-Thérèse se asemeja a una criatura marina. La joven era una buena nadadora y su gracia atlética fascinaba al pintor español. Para Picasso, Marie-Thérèse ofrecía una amalgama sensual de amante, modelo y diosa, y desempeñaría muchos papeles a lo largo de su obra.
« Redacción »