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"Estamos bajo ataque"

Estamos bajo ataque
El responsable del ataque era un programador que admitió haber lanzado el gusano en el MIT a dos amigos.

Publicación:03-11-2022
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Se cumplen 34 años del 'gusano Morris', el primer malware de la historia.

Eran las 8:30 AM en la Universidad de California, Berkeley, cuando se detectó el primer programa malicioso de Internet. Concretamente, fue el 2 de noviembre de 1988, y se propagó por unas 6.000 computadoras de alrededor de 60.000 que había en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).

34 años después, todavía recordamos el germen que desencadenaría más malwares diseñados para realizar ciberataques. El nombre que le pusieron fue ‘gusano Morris’ y Berkeley no fue la única víctima, también afectó a Harvard, Princeton, Stanford, Johns Hopkins, la NASA y el Laboratorio Nacional Lawrance Livermore.

"Actualmente, estamos bajo ataque", fueron las palabras que escribió un estudiante de Berkeley en un correo electrónico ese mismo día. El virus se propagaba por sí mismo, sin necesidad de un host de software y únicamente lo hacía a través de una versión específica del sistema operativo Unix, pero llegó a afectar a miles de ordenadores.

El gusano Morris no destruyó ningún archivo, pero sí que retrasó las operaciones del centro académico durante días. Varias instituciones llegaron a borrar sus sistemas o los desconectaron hasta dar con una solución. Pese a sus intentos de evitar la propagación del gusano, se estima que los daños comenzaron en 100.000 dólares y acabaron siendo millones.

¿Quién fue el culpable?

El responsable del ataque era un programador que admitió haber lanzado el gusano en el MIT a dos amigos. Según aseguraba, se le había ido de las manos y pidió a uno de sus amigos que mandase un mensaje anónimo con una disculpa y una explicación de cómo eliminar el programa fraudulento.

Sin embargo, los sistemas estaban tan dañados que muchos no llegaron a recibir el mensaje. El otro amigo fue quien llamó de forma anónima a The New York Times, contando que había sido un experimento inofensivo y que su propagación había sido un error de programación.

En la llamada telefónica, al amigo se le escaparon las iniciales del autor del incidente y eso les permitió a los periodistas dar con el culpable: Robert Tappan Morris, un científico informático graduado en Harvard en 1988 que, a sus 23 años, se encontraba en la Universidad de Cornell.

Desde su terminal en Cornell, creó un programa capaz de propagarse de forma lenta y oculta por Internet (en aquel entonces ARPANET). La prueba de su experimento la llevó a cabo pirateando de manera remota un ordenador del MIT, pero el tema se le salió de control.

Morris había quebrantado la Ley de Abuso y Fraude Informático, aprobada en 1986, que prohibía el acceso no autorizado a las computadoras protegidas. Por esto fue juzgado y declarado culpable en 1990: tuvo que pagar una multa de 10.050 dólares, estuvo en libertad condicional durante tres años y realizó 400 horas de servicio comunitario.



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