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Sylvester Stallone vive para contarla

Sylvester Stallone vive para contarla


Publicación:20-09-2024

TEMA: #Cine  

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En lo que alista sus memorias, el actor se ha vuelto el corazón de la serie Tulsa King.

El actor Sylvester Stallone, de 78 años, trabaja en sus memorias, en las que documentará cómo paso de ser un chico problema a una leyenda de Hollywood.

"Bueno, eres psíquico, Dios mío. Sí, en este momento estoy trabajando en una novela con un co-guionista, que es brillante. Yo era el que más probabilidades tenía de terminar en la silla eléctrica en la escuela, no debería estar aquí haciendo este tipo de cosas", dijo el actor a TMZ.

El actor de 'Rocky' y 'Rambo' recordó cómo un viaje a Nueva York durante Woodstock le hizo darse cuenta de que necesitaba hacer algo con su vida y le dio el empujón que necesitaba para seguir adelante.

"Cuando llegué a Nueva York era el día de Woodstock y me dije '¿qué es eso?'. La verdad es que me di una vuelta, no conocía a nadie, había ocho millones de personas y me asusté. Pensé: 'Aquí no hay nadie que se preocupe por ti ni lo hará nunca, así que será mejor que hagas algo para sobrevivir y te pongas manos a la obra, porque no tienes ningún equipo de apoyo'".

"A partir de ese momento, me di cuenta de que tienes que confiar mucho en ti mismo y eso no ha parado. Mis mayores miedos se han convertido en mis mayores éxitos. Ese (viaje en su juventud) fue el comienzo de esta persecución".

Actualmente, Stallone se ha sumado a la segunda temporada de la ficción de mafiosos Tulsa King.

Stallone es el corazón de Tulsa King. A sus 78 años, el actor encarna al gangster Dwight Manfredi, un hombre que —tras pasar un cuarto de siglo en la cárcel de Nueva York por un crimen que no cometió— es exiliado por su clan y enviado a una remota ciudad en Oklahoma donde comienza a establecer su propio imperio.

El encanto de la serie está en ese atractivo equilibrio de drama, acción y comedia. Manfredi es rudo, pero también es gracioso y astuto. Y mientras se adapta a un entorno totalmente distinto al bajo mundo neoyorquino, comienza a reclutar nuevos subordinados: un joven taxista, un bartender, un excolega retirado y un pacifista vendedor de marihuana.

 

 



« El Universal »