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Opinión Columna


AMLO, el rostro del cansancio y la incapacidad


Publicación:12-11-2019
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Gobernar y administrar la vida de social y política de millones de personas de un país no es tarea sencilla, quien piense lo contrario vive en otro planeta

 

Gobernar y administrar la vida de social y política de millones de personas de un país no es tarea sencilla, quien piense lo contrario vive en otro planeta.

Con mayor razón, si se viene de un sexenio desastroso en la mayoría de los rubros como en el del malogrado Enrique Peña Nieto.

La imagen fotográfica a la que se enfrentó nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador al tomar posesión hace casi un año fue la de una casa al amanecer luego de una fiesta de fin de año.

Tiradero por todos lados,  desechos de comida en mesas y sillas, ropa y mucho desorden.

Todo esto anterior lo podemos compar en términos políticos con los temas económicos, sociales y de carácter público de Peña Nieto, un mugrero total.

Los primeros dos meses de AMLO al frente de Mexico fueron buenos con sus programas de ayuda a las personas de la tercera edad, unos muy controvertidos para apoyar a los jóvenes que no estudian ni trabajan y apoyos al campo.

Tuvo un inconveniente, la muerte trágica del panista Rafael Moreno Valla y su esposa, Erika Alonso, gobernadora de Puebla.

Este hecho hasta la fecha levanta muchas dudas y fue la primera mancha en el traje del apodado El Peje.

Lo que parecía un gran soplo de aliento en el cuerpo en coma de nuestro querido país con el paso de los meses se está convirtiendo en una  pesadilla, donde nos adentramos como nación en un terreno fangoso en que poco a poco nos hundimos lenta y tristemente.

Cero crecimiento económico, sangre a borbotones en todo el país a consecuencia de la inseguridad, mal manejo de las políticas internacionales son solamente algunos resultados que hemos visto en los últimos meses.

No descarten una posible y eventual recesión económica a consecuencia de estos problemas.

Lejos de enfrentar y actuar de manera responsable el mandatario mexicano se la ha pasado repartiendo culpas ajenas sobretodo al expesidente Felipe Calderón, quien terminó su sexenio hace casi siete años y pareciera que el expanista es un fantasma que sigue a todas partes al tabasqueño y lo asusta y tortura cada vez que lo recuerda.

Miles y miles de homicidios de manera dolosa han inundado de temor y sangre a cada uno de los estados que integran nuestra República.

López Obtador muestra un rostro cansado, desalentado, dubitativo y hasta incapaz en su comunicación no verbal y sin decirlo da a entender que sus mejores años como político quedaron atrás o quizás nunca estuvieron vivos.

Paulatinamente México se le escapa de las manos y poco hace para evitarlo y si su equipo de asesores y su gabinete cercano no le ayuda estaremos en el umbral de la inestabilidad política.

Quiero ver a ese AMLo que agarraba los problemas de frente, el que tenía los tamaños para enfrentarse con priistas y panistas, el arrojado, pero no, hemos visto a un hombre cansado y maduro que de manera irresponsable no acepta los errores y responsabilidades que su cargo le implica.

 Echa culpas a todos menos a él y eso es lo que de manera gradual ha desecantado a varios millones de los muchos que lo favorecieron en las urnas.

Estamos a buen tiempo para que enderece el barco que ya tiene algunos orificios y presenta signos de un posible naufragio.

Una noticia buena y una mala que mantendrá a la expectativa a la población mexicana y extranjera principalmente a la americana: la buena, AMLO, apenas lleva un año como presidente; la mala, todavía le faltan cinco años en el cargo si no es que menos y tendrá en zozobra principalmente a nuestra gran sociedad mexicana, la cual pedirá menos tropiezos y más acciones concretas.



« Redacción »
Efrén Jiménez Rodríguez

Efrén Jiménez Rodríguez


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