Durante su comparecencia ante la Comisión de Salud del Senado, con motivo de la glosa del Informe Presidencial, el Director General del “ISSSTE”, Luis Antonio Ramírez, dejo claro el “deterioro” que enfrenta tal institución que brinda servicios de salud a burócratas federales; “se dejó de invertir, de ampliar espacios y por eso el día de hoy enfrentamos problemas serios de saturación”, mencionó; tal situación se observa en hospitales y dependencias de servicios subrogados y de trabajadores eventuales de la dependencia; “se apostó por subrogar servicios de salud en vez de invertir en equipo médico propio y ahora el 92 por ciento de los servicios de cirugía que se ofrecen son privados; 87 por ciento en instrumentos de ortopedia y 100 por ciento en cirugía cardiovascular, hemodiálisis, servicios auxiliares de diagnóstico y pruebas de laboratorio”; todo ello ha obligado a pagar los pasivos correspondientes a fin de evitar se interrumpa la prestación.

Tal esquema de trabajar tiene más de diez años, de tal manera que la inversión en infraestructura cayó un 72 por ciento; así, hoy día disponen de 0.54 camas por cada mil derechohabientes, mismo que representa una tercera parte de lo que tenían hace una década; debían más de 18 mil millones de pesos a proveedores, han pagado 12 mil y deben 6 mil, amén de tener un desorden en la nómina con muchísimo personal eventual.

Tal situación que enfrenta el ISSSTE pareciera que es sumamente serio, pero habría que investigar si los servicios que ha subrogado han sido de buena calidad y si ha rendido frutos a través de un muy buena atención médica tal esquema; Luis Antonio Ramírez, menciona, se “apostó” por tal vía, y aunque no lo dice, pareciera que quisiera volver a invertir en la Institución para brindar todos los servicios de excelente calidad, situación que no logrará y es muy factible que no sea la mejor ruta para “apostarle” en su administración.

Mantener un hospital con tecnología de vanguardia, con el recurso humano de excelencia y por supuesto, crecer en infraestructura a la par que los derechohabientes, es extremadamente costoso; por tal motivo, el “Seguro Popular” hoy inexistente, aunque solo de nombre, porque sigue vivo, optó por brindar servicios de salud sin invertir en infraestructura salvo un escaso porcentaje necesario para dar servicio a los más pobres del país, a fin de utilizar el recurso médico existente, a reserva de que hay estándares de calidad que impone; así, cualquier institución que brinda servicios del Seguro Popular aún vivo, debe pasar la Certificación correspondiente ya sea hospital público o incluso privado para ser parte del sistema.

El esquema que utiliza el ISSSTE desde hace más de una década es el mismo de subrogación y antes de cambiar de rumbo debiera evaluar muy bien cómo les ha ido en tal período de tiempo; por desgracia tal Institución pública dejó de aplicar recursos en sus instalaciones existentes donde brindan infinidad de servicios, empero, eso es harina de otro costal que no debió suceder; la causa fue falta de lana, amén de la corrupción que pulula por doquier.

El Gobierno central aplica un plan de austeridad que ha repercutido en una caída del 19 por ciento en infraestructura en lo que va del 2019, mismo que incluye la del sistema fragmentado de salud además del recurso humano correspondiente; para el presupuesto del 2020 se presentó un proyecto 6 por ciento menor; siendo así, y ante un panorama muy poco alentador para crecer como nación éste y el próximo año, será imposible que el ISSSTE pueda mejorar su deteriorada situación interna; la apuesta a la subrogación seguirá y es muy factible que sea mejor opción que invertir en los actuales hospitales del ISSSTE que debieran por supuesto mejorar para dar ciertos servicios factibles de ofrecer sin tanto recurso económico por invertir… ¿será?, ¿le gustaría opinar?

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