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Opinión Columna


Cancún


Publicación:08-10-2019
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El talento y la voluntad humana siempre han sido efectivas cuando se aplican con oportunidad y constancia.

 

Nadie que comprenda de la importancia del Turismo para México, puede ignorar la trascendencia que han tenido Cancún y la Rivera Maya para la internacionalización de nuestro país como uno de los más importantes destinos de playa del mundo. El impacto positivo que ha tenido Cancún en la economía regional, por la generación de millares de empleos que han creado oportunidades de trabajo para las personas de la zona —Quintana Roo, Yucatán, Chiapas, Veracruz, incluso Guerrero— ha sido esencial para mantener estabilidad en la Región y lograr que la derrama de salarios de los trabajadores en la hotelería y los servicios derivados, se haya constituido como la columna vertebral del ingreso para miles de familias del Sur-Sureste. Para la economía nacional, Cancún y la Rivera Maya son los ejes de la mayor captación de divisas por motivos turísticos, y qué decir de la expansión que tuvo la industria de la construcción tanto por la multiplicación de hoteles cómo por la de condominios de tiempo-compartido, y centros recreativos de alta calidad.


Cancún y la Rivera Maya atraen al turismo nacional e internacional por muy diversas razones. La infraestructura hotelera, los centros de entretenimiento, la amabilidad del personal que atiende en los hoteles, la gastronomía, la conectividad aérea, carretera, marítima. Pero es innegable que uno de los motivos de mayor predilección para que los turistas escojan estos sitios, es el magnífico litoral marino que tiene el área. De los mares que se contemplan desde las costas mexicanas, el mar Caribe de nuestra jurisdicción tiene un color de ensueño, y las tonalidades de azul turquesa, verdes claros, aguas translúcidas a través de las cuales se observan corales y pececillos, se encuentran en muy pocos lugares del mundo. De allí que la problemática que desató la presencia de sargazo en las costas del Caribe mexicano, sea de enorme importancia, y requiera de una atención sistemática, constante y decidida.


El sargazo es un alga que existe desde hace siglos. Lo novedoso es que, de algunos años para acá, se presenta, cíclicamente, en el Caribe mexicano.

Grandes manchas de sargazo "viajan" desde la zona del Atlántico situada frente a las costas del norte de Brasil, y merced a las corrientes marinas y los vientos, cuyo comportamiento se ha modificado por el cambio climático, se presentan modificando el color del litoral y afectando, cuando llegan a las costas, las condiciones de las playas.


Muchos mitos y presunciones sin comprobar hay sobre este sargazo. Que se reproduce muy rápido en virtud del calentamiento del mar, que se puede aprovechar en un sinfín de actividades, que harían de su recolección un gran negocio (por ejemplo, usarlo como fertilizante, o como elemento de material de construcción, entre otras muchas versiones). Que su surgimiento masivo obedece al conjunto de residuos químicos que llegan al mar por la transformación de la selva amazónica en grandes superficies agrícolas, que, que, qué. Hay un conjunto de hipótesis por comprobar, y de fantasías a desechar. Lo cierto es que la investigación es insuficiente, y resulta indispensable, por la evidencia de que el fenómeno se presenta cada año en nuestras costas caribeñas, actuar con rigor científico y con precisión quirúrgica, prevenir el arribo del alga, atajarla a tiempo, mar adentro, y evitar que llegue a nuestras preciosas playas, manteniendo así sus colores deslumbrantes y su entorno amable y grato, para que la actividad turística no se vea afectada. En estos momentos, muchas playas de Cancún y la Rivera Maya han vuelto a la normalidad. Es precisamente cuando hay que actuar, tomando las medidas preventivas que sean necesarias. Sabemos que la Armada de México ya está interviniendo, que las Autoridades locales y numerosos hoteleros hacen lo que está a su alcance. Qué científicos comprometidos colaboran en el tema. Se requiere de la mejor articulación de los tres niveles de Gobierno, de la aportación de instituciones científicas y expertos, del flujo presupuestal suficiente que permita no sacrificar a la región clave de la actividad turística del país.


El talento y la voluntad humana siempre han sido efectivas cuando se aplican con oportunidad y constancia. Preservemos todos, con la decisión que se necesita, la belleza del Caribe mexicano.



« Redacción »
Beatriz Paredes


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