Y la CNTE otra vez la volvió a hacer. La presente administración ha sido el espacio donde mayor atención y avances significativos ha tenido la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y no sólo eso, a través de la confianza que depositó en ellos el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lograron posicionar a más de una treintena de sus agremiados como diputados federales en la Cámara baja, cuando se subieron a la ola que le dio el triunfo a Morena en el pasado proceso electoral.

Sin embargo, la cerrazón y el abuso parecen ser la dinámica y principales motivaciones de esa organización que, en los últimos años, ha demostrado que lo suyo, lo suyo, es el interés exclusivo por su gremio; no por la educación de millones de niñas y niños a quienes afecta cada vez que le da por "defender" sus derechos.

Nunca antes, el representante del Ejecutivo federal los había tratado con tal cortesía y, mucho menos, habían tenido un espacio de comunicación en el Legislativo y con las propias autoridades educativas.

El pasado martes, volvieron a cerrar los accesos al recinto legislativo reteniendo en su interior a cientos de empleados del Palacio Legislativo de San Lázaro y a diputados a quienes no se les permitió la salida; violentando nuevamente el derecho de cientos de trabajadores —padres y madres de familia— que, con angustia, pedían se les permitiera salir.

De forma prepotente y por demás violenta volvieron a hacer de las suyas. El motivo del cierre era elemental: evitar que se aprobaran las leyes secundarias, consecuencia de la reforma educativa. El coordinador del grupo mayoritario en la Cámara baja, Mario Delgado, ya había manifestado que era imposible discutirlas y aprobarlas en esa sesión o en la del jueves siguiente, día en el que se vencía el plazo para hacerlo.

Diputados del propio grupo parlamentario de Morena, así como de todas las bancadas en San Lázaro, confrontaron a los maestros y manifestaron su repudio y rechazo absoluto a las acciones cometidas por la Coordinadora Nacional.

Es claro que han logrado avances significativos, no en favor de la democracia, no en favor de la educación, no en favor de México; sus logros se constriñen a favorecerse a sí mismos con prácticas injustificables, ante la apertura y la voluntad acreditadas en los diferentes espacios donde han tenido la oportunidad de exponer sus demandas.

Está claro que la CNTE ya ganó para sí generosos dividendos, aunque tal vez, lo que menos les importa, lo que más han obtenido es el repudio de la sociedad mexicana y el desprestigio que los acompaña y acompañará siempre.

De refilón

El pasado 14 de septiembre el diputado panista Jorge Triana Tena publicó una carta dirigida a la opinión pública, referente a una participación que tuvo el 14 de junio de 2018, es decir, durante el pasado proceso electoral, en el programa "Si me dicen no vengo", conducido por el periodista Joaquín López Dóriga". En ella expone que realizó diversos comentarios relacionados con la doctora María de la Luz Mijangos Borja y su desempeño como Contadora Mayor de Hacienda de la Asamblea Legislativa.

Y para evitar alguna interpretación que pusiera en riesgo el prestigio de la hoy Fiscal Anticorrupción, dice en su comunicado que de ninguna manera fue su intención inducir al público a pensar que la doctora Mijangos no es digna de ocupar el cargo que hoy ostenta como Fiscal Anticorrupción y abunda: "la mención que hice de su cónyuge fue como una referencia y no con sentido discriminatorio, pues siempre he reconocido el valor intrínseco e individual de la mujer en la sociedad mexicana".

Bien por el diputado Triana quien hoy se suma al reconocimiento que muchos hemos hecho al trabajo de la doctora María de la Luz Mijangos, quien goza de un prestigio incuestionable, no sólo por su capacidad profesional, sino además por su calidad humana, donde la honestidad y conducción de sus acciones siempre han estado apegadas al orden legal. ¡Enhorabuena para la doctora Mijangos!