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Opinión Columna


Kiara y la eutanasia.


Publicación:25-11-2016
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La muerte es también parte de la vida. ¿Tenemos derecho todos a una “buena muerte”? ¿Cómo es eso?

Me cuenta que cuando llegó parecía una bolita de estambre, un peluche pequeño, era de color café claro, por eso le puso Chiara. (Clara en Italiano). Después, para evitar tantas confusiones con la gramática, cambio su nombre a Kiara. Aunque creció en el DF, caminado en las calles de la Condesa en los parques México y España, era orgullosamente regia, nacida al pie del Cerro de la Silla. ¿Quién iba a decir que 12 años después vendría a morir a Monterrey?


Kiara es una perrita labrador y a esa raza le encanta el agua. Los fines de semana la llevaba a nadar al lago de Chapultepec (en el DF). Aventándole una pelota y sin miedo, se tiraba tras ella al agua. Era la mascota de mi mujer, después fue mía y sin duda parte importante de nuestra familia. Mis dos hijos la aman, jugaban con ella todo el tiempo hasta antes de que enfermara. Cuando íbamos a las playas de Tampico, parecía que ella los cuidaba.

Jugando en la orilla, si veía que se metían más lejos de lo normal o venia una ola grande, les ladraba…y no paraba hasta que salían del agua. Sus últimos chapuzones los disfruto en el río la silla. Hoy solo mueve su cola para recibirnos, esta tirada muriéndose de un cáncer, el veterinario ya dijo que lo mejor es inyectarla.


Aunque pareciera fácil tomar la decisión, mi mujer aun no lo decide. Por mi parte pienso no solo en Kiara…intento reflexionar, al ver datos más graves y dolorosos que los de una mascota. Según cifras de Human Right Watch, en México mueren alrededor de 600 mil personas por enfermedades terminales y más de la mitad de ellas no tiene acceso a cuidados paliativos para aminorar el dolor. El sector salud no los cubre. Pero entonces, ¿Porqué en nuestro país está prohibida la eutanasia? Actualmente se integró una incitativa en la cámara de diputados pero no avanza, no entran ni siquiera comisiones el tema, por lo polémico del mismo y porque se involucran cuestiones filosóficas y sobre todo religiosas, ante una población eminentemente católica. ¿Que sigan sufriendo entonces los que no tiene para pagar medicamentos costos para aminorar el dolor? ¿Que esperen la voluntad divina de un milagro que los salve? ¿O el Dios piadoso les conceda la muerte así como les concedió la vida?


En la CDMX se tiene, desde el 2008, la Ley de Voluntad Anticipada, eso significa que los médicos solo pude en un caso de enfermedad terminal dar únicamente “tratamientos paliativos” . No buscan prolongar la vida del paciente, pero tampoco acortarla, simplemente esperan la muerte natural. Me cuesta trabajo entender que lo natural sea la descomposición de un cuerpo, primero por dentro, tal vez después amputaciones, “vivir“ con dolores intensos solo esperando “la muerte natural”.


Solo cinco países en el mundo permiten la eutanasia (muerte o suicidio asistido) Holanda, Bélgica, Suiza, Luxemburgo y Colombia en América. Otra decena de países o ciudades, permiten el buen morir o voluntad anticipada, es decir, no prolongar la vida del paciente y administrar solo medicamentos paliativos. Claro, la mayoría son países europeos que quizás su sistema de salud si tenga los adecuados tratamientos paliativos que evite un poco el sufrimiento.


Me gustaría poder platicar con Kiara, que me dijera que a pesar de todo está contenta… tal vez por eso aún mueve su colita cuando llego, que el veterinario está equivocado, que Isadora, mi mujer, tiene razón y necesita más tiempo para despedirse. O simplemente, hoy concluyo que si alguna vez llego a estar yo mismo en esas condiciones, me gustaría que esté ya legalizada la eutanasia en México.


La muerte es también parte de la vida. ¿Tenemos derecho todos a una “buena muerte”? ¿Cómo es eso? Pero la palabra misma lo dice: Eu – buen/ Thanatos – muerte. “Buena muerte, buen morir”.



« Redacción »