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Opinión Columna


¿Desgaste acelerado?


Publicación:09-10-2018
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La congruencia es la premisa que siempre estará acechando cualquier decisión que se tome.

Algunos dicen que “al mo-mento de nacer, empezamos a morir”; otros más populares aseguran que “no por mucho madrugar amanece más temprano”, unos más se pronuncian por el famoso y típico “despacio que llevo prisa”, lo cierto es que cada decisión que tome el ser humano en su existencia, será totalmente personal.

Ahora que estamos a unos dos meses de que inicie formalmente la denominada “Cuarta Transformación”, conviene sumar otras fra-ses que tienen que ver con el quehacer político en México, “Gobernar desgasta...pero NO hacerlo desgasta más”.

En lo personal creo que cabe agregar otra más, ¿El querer gobernar antes de ser gobierno, servirá en una estrategia política, o de plano no hay estrategia?

Algunos aseguran que al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, le están ga-nando las ganas de acelerar antes de que caiga la bandera a cuadros, de inicio de carrera,  con todo lo que conlleva esa decisión.

Decisión personal que luce arriesgada ante el grado de encono popular que priva en lo largo y ancho de los más de dos millones de kilómetros cuadrados de la República Mexicana.

¿Acudir a reunirse con las víctimas de los desaparecidos en diferentes regiones, corriendo el riesgo de automáticamente “cargar” con las culpas o percepciones negativas ciudada-nas existentes hacia los presidentes pasados, será necesario?

Porque, como sucede con el casi extinto pero popular juego familiar mexicano, la “papa caliente”, el que no la pasaba se la tenía que quedar con la consabida derrota; y parece que tanto para el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, como para el anterior, Felipe Calderón Hinojosa, para nada que les desagrada el entusiasmo mostrado por el morenista para cargar desde ya, con todos los hechos que propiciaron sus respectivas derrotas, en sus determinados momentos.

Vaya, pareciera que al presidente electo le gusta más cargar con las “papas calientes”, como sucedía cuando el candidato de la oposición... tremenda diferencia.

¿Acudir a otra de sus bodas de su exvocero César Yáñez, amenizada por los Ängeles Azu-les, en la que se degustó langosta y otras finas viandas en un ambiente “Fifí”, apareciendo en la portada de la revista que tanto entusiasma a la actual Familia Presidencial, pero que tanto molesta a los  ciudadanos “de a pie”, para luego de una manera coloquial solamente declarar “YO NO FUÏ El QUE ME CASË?.

Sin duda, que el riesgo de estarse desgastando aún antes de empezar a gobernar, está más que latente para el equipo presidencial que ha roto todas las expectativas ciudadanas positivas en la historia reciente de México.

Mientras que las sumamente volátiles re-des sociales, empiezan a generar una vorágine sumamente crítica y cuestionan con hechos la falta de congruencia, una variable altamente valorada en la actualidad, los grupos serios de la izquierda tradicional, que no tienen nada que ver con los que empezarán a gobernar, empiezan también a manifestar su descontento.

Por ejemplo: ¿Hasta cuándo durará el matrimonio entre Morena y el Partido del Tra-bajo, no solamente en el Congreso de la Unión, sino que en sus respectivos congresos estatales?

Hasta cuándo Beto Anaya, decidirá dejar de ser socio...  ¿o decidirá empezar a ser cómplice con el desgaste que conlleve?. La congruencia es la premisa que siempre estará acechando cualquier decisión que se tome.

Definitivamente que nadie en México desea que un presidente que con el respaldo de más de 30 millones de votos inicie su desgaste antes de gobernar, por lo que estas pifias cometidas por su equipo, antes de que a López Obrador le sea colocada la Banda Presidencial; sirvan para aprender de una manera anticipada, porque aunque muchos de su equipo compacto aseguren tener “experiencia para gobernar”, la dinámica del Siglo 21, es sumamente distinta a la de hace varios años.

O lo que es lo mismo...”No es lo mismo los tres mosqueteros... que 30 años después”.

 



« Redacción »
José Luis Carrillo Ramos


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