banner edicion impresa

Opinión Editorial


Un punto de inflexión para EU y China


Publicación:28-05-2020
version androidversion iphone

++--

A lo largo de la historia, el orden internacional ha tendido a cambiar gradualmente al principio y de pronto se acelera y cristaliza

A lo largo de la historia, el orden internacional ha tendido a cambiar gradualmente al principio y de pronto se acelera y cristaliza. A manera de ejemplo, si bien desde el período de entreguerras Estados Unidos ya había rebasado al Reino Unido como la principal potencia global, en 1956 una intervención fallida en Suez puso al descubierto la degradación del poder británico y marcó su capítulo final como potencia global. Hoy EU sigue siendo la principal potencia en el mundo, pero desde hace ya una década China, como la gran potencia retadora, ha venido nivelando el terreno de juego y si Washington no reacciona a tiempo, el COVID-19 bien podría marcar otro "momento Suez" de inflexión geopolítica mundial.

La relación parece encontrarse en una espiral descendente y refleja en la actual coyuntura una especie de historia dickensiana de dos naciones. Por un lado, el papel de EU como líder global en las últimas siete décadas se construyó no solo sobre su riqueza económica, su poderío militar y diplomático y su capacidad de innovación e reinvención singulares, sino que se fincó también en la legitimidad que fluía de sus instituciones democráticas y su gobernanza interna, así como —de tiempo en tiempo— de la provisión de bienes públicos globales, su contribución a un orden internacional basado en reglas y la capacidad y disposición para coordinar respuestas globales a la crisis del momento. La pandemia está poniendo a prueba estos factores del liderazgo estadounidense y hasta ahora, la Administración Trump está reprobando de manera estrepitosa ese examen. Por el otro, hasta hace unos meses China parecía estar tambaleándose bajo el impacto de la pandemia. Desde entonces, había estado buscando una oportunidad para cambiar la narrativa como la nación que encubrió y permitió la propagación acelerada del virus a la de una potencia global magnánima que ofrece liderazgo en un momento de pánico y peligro en buena parte del resto del mundo. A medida que Washington vacila, Beijing se mueve rápida y hábilmente para aprovechar el boquete creado por los errores de Donald Trump, llenando el vacío para posicionarse como el líder mundial en la respuesta a la pandemia.

China está tratando de convertir su crisis de salud en una oportunidad geopolítica, mostrándose como una potencia responsable (amén de lo que pueda ocurrir en Hong Kong) tal como lo hizo después de la crisis financiera de 2008. Pero mientras que durante la gran recesión Beijing coordinó sus esfuerzos con EU, esta vez está combinando sus donaciones humanitarias con retórica antiestadounidense. La sensación que queda con este círculo vicioso es la de una superpotencia en ascenso que intenta mostrar a la superpotencia del estatus quo cuál de nación es la más importante. Si bien el conflicto no es inevitable y esta nueva era de rivalidad puede diferir en aspectos importantes de las tensiones de Guerra Fría entre EU y la Unión Soviética entre 1947 y 1991, las diferencias irreconciliables en los valores políticos y las ambiciones estratégicas entre China y EU están destripando la confianza mutua. La competencia estratégica seguirá siendo el paradigma dominante. La pregunta es si esa rivalidad creciente, esa Guerra Fría 2, se inclina hacia una hostilidad permanente y total y un cambio estructural del foco de poder global.

Mucho dependerá de lo que suceda políticamente tanto en Washington como en Beijing. Pensar simplemente que esta polarización existe solo porque está Trump en el poder sería confundir síntoma con enfermedad; en la última década se ha dado un realineamiento bipartidista en EU hacia una relación de mayor dureza y realismo con China. Pero por ahora, ciertamente la ruta más directa y la mejor esperanza para el resto del mundo para impulsar en el mediano plazo la cooperación global ante la pandemia y evitar que la dislocación geopolítica entre ambas naciones sea aún mayor es la derrota de Trump en las urnas en noviembre.



« El Universal »
Arturo Sarukhán

Arturo Sarukhán


Publicaciones del autor