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Opinión Columna


Un ciclo se cumple


Publicación:20-02-2019
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La decisión final de la actuación de un juzgador sólo pertenece al tiempo. Hoy se cumple el mío, en este día en que abandono definitivamente mi sitial

 

El día de ayer lunes, en sesión solemne conjunta de los Plenos de la SCJN, del CJF y de la Sala Superior del TEPJF, tuve el honor de recibir la calurosa despedida de mis compañeros, al cumplirse el término de mi encargo como Ministra del Alto Tribunal de la Nación.


En la ceremonia de despedida que se llevó a cabo la ceremonia de despedida, en la que la señora ministra Norma Lucía Piña brindó, a nombre de mis pares, unas palabras sobre mi trayectoria, llenas de calidez, que mucho aprecio.


Acto seguido, me llegó el turno de dirigirme por última vez al Pleno, tal como lo hiciera hace 15 años en la ceremonia en que fui investida con la toga magisterial, pero ahora para dar el adiós.


Dice Mario Benedetti que el tiempo es tan relativo, que "Cinco minutos bastan para sonar toda una vida".


Hoy, a escasos meses de cumplir 44 años de servicio en el Poder Judicial Federal, de los cuales, los últimos 15 transcurrieron en este Máximo Tribunal, concluyo el ciclo profesional más importante de mi vida. No puedo evitar sentir el corazón palpitante al conjuro de los recuerdos, en los que de pronto aparece mi vida como si sólo hubiesen transcurrido 5 minutos.


Durante estos 15 años, México tuvo grandes transformaciones, reformas constitucionales y legales, algunas necesarias y concomitantes con la evolución de nuestra sociedad, otras influidas por las corrientes mundiales originadas desde la posguerra que delinearon en el mundo un nuevo orden jurídico, centrado, fundamentalmente, entre otros, en el reconocimiento de los derechos humanos.


Fui parte de la interpretación de esas grandes reformas constitucionales y legales; tuve el honor de participar en la discusión, a veces apasionada y vehemente, pero siempre movida por una gran convicción; en ocasiones coincidiendo, en otras disintiendo, se fue dado paso a la formación de una nueva doctrina constitucional que dio contenido y aplicación a las reformas.


Uno de los cambios más significativos fue la reforma constitucional en materia de Derechos Humanos, en el 2011. La modificación al artículo 1 de nuestra Constitución, marcó, además de una importante tendencia jurídica, el inicio de la 10ª Época del Semanario Judicial de la Federación.


Otro reto que hubo que enfrentar, fue la implementación gradual de la reforma en materia de justicia penal de junio de 2008.


Relevante ha sido el papel de la Suprema Corte, en la construcción de criterios en torno al libre desarrollo de la personalidad, que impactaron en una nueva visión en materia de relaciones familiares.


La democracia no puede sostenerse en los pilares de una sociedad desigual, florece en donde la libertad se reconoce no como la ausencia de cadenas, sino como un horizonte de oportunidades asequibles para hombres y mujeres.


Sobre estas bases, gracias a la designación y apoyo del ministro Luis María Aguilar Morales, entonces presidente de la SCJN, fue altamente satisfactorio presidir el Comité Interinstitucional de Igualdad de Género del PJF que, por demás, me brindó el privilegio de proyectar el trabajo del PJF en esta materia, a nivel nacional e internacional, coadyuvando a posicionar el liderazgo que hoy por hoy les es reconocido a nuestra SCJN.


La incorporación de la perspectiva de género en el quehacer jurisdiccional, propició también el surgimiento de novedosos criterios que tutelan los derechos de las mujeres en condiciones de igualdad.


En ese momento, no pude dejar de agradecer a todas esas personas que fueron determinantes, tanto en mi vida personal como profesional.


A mi familia; a todos aquellos juzgadores que fueron mis grandes maestros, a mis compañeros ministros, los que me recibieron y a quienes hoy integran este Tribunal Pleno.


A mis colaboradores, amigas y amigos, a todos los servidores del PJF y de la Corte.


Mi muy especial agradecimiento al señor ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente de la SCJN y del CJF, por esta deferente ceremonia, por esas palabras que en las dos últimas sesiones en las que participé, generosamente me obsequió.


La decisión final de la actuación de un juzgador sólo pertenece al tiempo. Hoy se cumple el mío, en este día en que abandono definitivamente mi sitial.

Me voy con la serena quietud de portar sin mácula alguna, por última vez esta toga que durante 15 años me acompañó en la realización de esta hermosa tarea de impartir justicia. Esta toga que cotidianamente cobijó a mi solitario corazón de juzgadora que en la resolución de los asuntos siempre, siempre latió con inquietud.



« Redacción »