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Opinión Editorial


¿Trump?... ¡Échenlo a patadas!


Publicación:08-11-2020
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Hasta el momento, todo parece indicar que la democracia norteamericana sí funciona, y aunque no muy bien, pero sigue siendo efectiva para permitir el cambio.

Hasta el momento, todo parece indicar que la democracia norteamericana sí funciona, y aunque no muy bien, pero sigue siendo  efectiva para permitir el cambio de poder por mecanismosinstitucionales ya establecidos, es decir, reglas claras que permiten que funcione el sistema electoral y de contrapesos institucionales, en un régimen donde no se sabe quién va a ganar y quién va a perder.

Por lo pronto, Trump está con un pie en la banqueta del 1600 de Pennsylvania Avenue, justamente afuera de la Casa Blanca, pero no cantemos victoria tan pronto, falta la ofensiva “trumpiana” que no va a ser suave, al contrario.El plan A no funcionó, que era ganar por las buenas,ahora el plan B es ganar a como dé lugar en los tribunales, donde el presidente norteamericano tiene influencia sobre ciertos jueces del ala conservadora que le deben favores y podrían ayudarlo; y el plan C, ese nadie lo conoce ni se atreve a mencionarlo, pero es el más desesperado de todos y, podemos anticipar, de naturaleza sumamente destructiva.

Últimamente se ha puesto de moda el libro “Cómo mueren las democracias” de Levitsky y Ziblatt, precisamente por la arremetida “trumpiana” donde ha puesto en jaque a las instituciones de aquel país. El deseo delirante del presidente norteamericano ha sido expresado de manera abierta y llana por él mismo: “Trumpforever”,  lo que significa, “Trump para siempre”, por los siglos de los siglos, como si fuera un dios  y pudiera perdurar en el poder, tal como lo hacen tranquilamente y sin despeinarse, el líder chino: Xi Jinping; el líder norcoreano: Kim Jong-un; y el líder ruso: Vladimir Poutine, entro otros dictadores.

“¡Qué envidia!” seguramente pensará el presidente norteamericano de sus colegas, lo escuchamos en su  diálogo interno diciendo:“¡YO quiero ser como ellos;con un imperio que es para siempre;ser amo  y señor absoluto;tener un reino que pueda heredar a mi familia;donde no exista la oposición ni medios de comunicación que me molesten; no importa cuán  grande o pequeño sea ese imperio, lo másimportante de todo es ser como un rey, como un emperador…!”; pero pobre Trump, no se le va a hacer… ¿o sí?

Es precisamente por esta loca catexia depoder que lo mueve, que  los países deben cerrar filas con el nombramiento de Joe Biden como presidente electo, no importa que aún no se desahoguen los procesos judiciales, lo importante en este momento, es crear un ambiente de apoyo a la democracia norteamericana y demostrar que los resultados legítimos poseen respaldo internacional.

Desafortunadamente el presidente mexicano no ha entendido esta urgencia de apoyo internacional a la democracia norteamericana, aún muestra parte de su profundo temor al presidenteTrump; el terror“trumpiano” lo paralizó y no puede liberarse de él y actuarlibre y racionalmente; sigue aferrado a respetar al presidente norteamericano hasta el último momento de su mandato, como si fuera el Evo Morales de los ricos.

Trump es como un animal peligroso que no muere al primer tiro, una serpiente venenosa que requiere no unosino varios golpes para matarla y, una vez muerta, un garrotazo más, no vaya a ser que reviva. Eso es lo que se requiere en este momento, Trump está herido de muerte pero hay que rematarlo, un tiro de gracia que termine con la pesadilla que ha creado y gira en torno a él y al mundo.  El presidente mexicano no quiere ni acercarse, no vaya a ser que el animal herido lo desconozca y  le muerda; el valiente número uno  fue el primer ministro canadiense, ése no lo dudó  y fue el primero en reconocer a Biden.

Mencionábamos que Trump posee tres planes, el primero de ellos es evidente que no funcionó, que era el ganar por las buenas, en las urnas. El plan B, está en proceso, afortunadamente algunos medios de comunicación no lo secundarony omitieronseguirle el juego, supuestamente denunciando que había sido víctima de un gran fraude electoral sin presentar prueba alguna. Este plan B se dirimirá  en los tribunales y llevará unas semanas más para que el Consejo Electoral le dé formalmente el triunfo a Biden.

El plan C, sólo tiene sentido considerando que Trump es un hombre dominado por un sentimiento de ira, es decir, fuera de sí, está sumamente presionado porque tiene acreedores que lo van a embargar si no paga sus deudas millonarias; el fisco está detrás de sus pasos por defraudación fiscal; lo enjuiciarán por obstrucción a la justicia por mentir en el caso de la actriz porno que le brindó sexo servicio; y también por traición a la patria en el caso del Rusiagate; y  múltiples acusaciones que tiene por actos de lesa humanidad contra los hijos de los migrantes;así como acoso sexual hacia decenas de mujeres, entre otros casos más que emerjan y salten como palomitas de maíz en una olla ardiendo.

Trump es una verdadera fichita, un psicópata empedernido y la justicia tarde o temprano lo alcanzará. Mientras, está desesperado y en caso de que falle su plan B, y los jueces reconozcan la victoria legal de Biden, podría haber un plan C, pero este sería muy riesgoso ya  que puede funcionar y convertir su fantasía de “Trumpforever” realidad,  o llevarlo definitivamente a pasar el resto de sus días en la cárcel o en un cementerio. Este oscuro plan implicaría declarar un fraude electoral ydesconocer a las instituciones y emitir una suspensión de garantías constitucionales, dando luz verde a sus seguidores racistas organizados en grupos paramilitares y presentes a lo largo de la geografía norteamericana, para que ataquen a los líderes de la oposición. Además, el control sobre la Guardia Nacional le brindaría el apoyo que necesita para dominar los estados insurrectos, para ello deberá deponer a todos los jefes militares que se opongan a su proyecto de autogolpe de Estado, y hacer una purga estaliniana para tomar el control total.

Dudamos de este posible plan C, por dos motivos: el primero de ellos es la naturaleza de la personalidad del presidente norteamericano,   es   un acosador (bullying), que en el   fondo, a pesar de su agresividad, es de naturaleza cobarde.  El segundo motivo, es porqueimplicaría desafiara las instituciones de ese país, que son fuertes y podrían resistir una intentona golpista.

Lo que no tenemos duda es que un día después del 20 de enero del 2021, la justicia lo espera a las afueras de la Casa Blanca, no importa que el presidente se resista, finalmente el Servicio Secreto lo echará a patadas, la imagen es muy simple: cuatro guardaespaldas sosteniéndolo por cada extremidad y, bajo la imagen popular de cómo se echa un borrachito consuetudinario y necio de una cantina, así el Servicio Secreto lo sujetaría y lo llevaría de “aguilita” (como volando), hasta las puertas de la Casa Blanca, donde lo echarán como lo que es: un necio abusivo.

A partir de este 20 de enero, las demandas se activará y otras nuevas llegarán, así que lo imaginamos, tarde o temprano,  sentado frente a un jurado, escuchando el discurso de un fiscal acusador y observando la mirada inquisidora de un juez (o jueza), dispuesto a sentenciarlo sin distinción alguna, dándole realismo al  sentido de ceguera de la justicia, que se aplica sin mirar a quién, sin favoritismo alguno.

Así que con un plan A y B fallidos, y un plan C que nunca cuajó, lo que le espera al presidente norteamericano son las barras de la prisión que lo aguarda con las puertas abiertas. Pero no comamos ansias, primero lo primero, porque en 72 días aún de mandato presidencial, pueden ocurrir muchas situaciones y acciones que atenten contra la democracia norteamericana.





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Arturo Delgado Moya

Arturo Delgado Moya


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