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Opinión Editorial


Regreso a clases: 10 de agosto


Publicación:01-06-2020
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Todo ello en un momento álgido (alerta roja) de la transmisión comunitaria de la epidemia.

Hoy, lunes 1º de Junio,  inicia la nueva normalidad. ¡Bienvenidos(as) seamos a este breve pero significativo momento histórico! Después de más de40 días de confinamiento, la economía no pudo más con el cierre de actividades no esenciales  y, de manera escalonada, se reintegran, a nivel federal, las empresas relacionadas con la construcción, el sector automotriz y minería;a nivel local hasta el cervecero; además, en algunos municipios de Nuevo León,  también se incluye el sector de servicios  (restaurants, servicios de seguridad, ferreterías, abarrotes, mensajería, servicios financieros, entre otros).

Todo ello en un momento álgido (alerta roja) de la transmisión comunitaria de la epidemia. No fue posible aguantar más, la situación económica era asfixiante para las empresas y, a pesar de encontrarnos en un pico máximo de contagio, es necesaria la reapertura económica; aunque la gente se juegue la vida en ello, como lo ha demostrado el presidente AMLO con el reinicio de sus giras por el territorio mexicano; pesa más el ejemplo que mil palabras.

El sector educativo será el último en reabrir sus puertas. El secretario de Educación a nivel federal, señaló la fecha tentativa: lunes 10 de agosto. De aquí a entonces todo puede ocurrir, sólo es una fecha referencial, el sector sólo abrirá si el semáforo de alerta epidemiológica  está en verde.

A partir de hoy  a la fecha de reapertura escolar, nos encontramos ante un período de tiempo de 72 días. Tres escenarios pueden presentarse durante este lapso de tiempo. El primero de ellos es el más optimista: estamos, hoy 1 de junio, en el punto máximo de la curva, y entonces en una  semana máximo,  ésta empieza a aplanarse para comenzar con un descenso a partir de mediados de julio. El segundo escenario es menos optimista: la curva sigue en ascenso, y debido a la reactivación económica, esta tendencia hacia la alta no se detiene inmediatamente sino hasta agosto. El tercer escenario posible: estamos en la cúspide del período de transmisión y la curva comienza a aplanarse a mediados de junio, todo parece ir muy bien con tendencia a la baja, pero a mediados de julio hay un repunte, sinónimo de rebrotes que afectan a amplios sectores demográficos.

Cualquiera que sea el escenario que se presente, todo indica que debemos considerar  vivir no sólo con la incertidumbre, además, hay que agregar el peligro real del contagio, es decir, aprender a vivir con el coronavirus a nuestro alrededor. Rogando que se haga en nuestras vidas como  dice el Salmo 90 (91): “Caerán a tu lado mil, y 10  diez mil a tu diestra, pero a ti no llegará”. Es un versículo un poco egoísta, pero para alguien que tiene tres factores de alta vulnerabilidad (como quien escribe estas líneas): tercera edad, diabetes e hipertensión, es la única esperanza; que no nos toque, que no nos halle el coronavirus donde estamos refugiados, literalmente escondidos.

El Papa Francisco ayer pidió que no tengamos una actitud pesimista ante la nueva normalidad, que seamos compasivos y solidarios con los otros. Y seguramente lo señala porque ser optimista ante el coronavirus no es fácil, aunque hay que admitir que a nuestro Presidente no se le dificulta asumir una actitud positiva, señalando desde hace días que la epidemia está ya domada. Ser compasivo y solidario también es perfectamente factible, sin embargo, la pandemia nos ha llevado a desconfiar del otro, verlo como un potencial portador de  contagio, una amenaza para nuestra integridad física. Allí está el reto, cómo superar el miedo de ser contagiado por el otro, sabiendo de antemano, que si somos de los mil o los diez mil que caen a diestra y siniestra, no será fácil levantarse.

Por lo pronto, el secretario de Educación pública federal ya le puso plazo al retorno a clases, una fechaaspiracional, que permite tener un punto de referencia para la próxima etapa, que es inevitable, retomar el ciclo escolar 2020-2021. Para ello planteó un protocolo a seguir para logar este propósito una vez el semáforo se encuentre en verde, y el sistema educativo pueda retomar sus actividades presenciales. (1) Comités participativos de salud escolar: La escuela deberá durante la nueva normalidad estar vinculada de manera orgánica con la comunidad, especialmente con los centros de salud cercanos. Deberán los directivos obtener orientación en temas de prevención de los centros de salud comunitarios más próximos, esto será fundamental para tomar decisiones bien fundamentadas. (2) Garantizar acceso a jabón y agua o gel. Se trata de un aspecto muy básico que pareciera no ser más que un tema de educación para la salud, pero va más allá de eso, ya que existen muchas escuelas que no cuentan con agua potable, por lo que adquirir este servicio básico es fundamental, y quizá pueda llevar un poco más de tiempo. (3) Cuidado de maestros y maestras en grupos de riesgo.Hay que cuidar de los niños y niñas, pero también de los adultos, especialmente aquellosquepresentan vulnerabilidad por una cuestión médica previa,  especialmente como lo señalamos, hipertensión y diabetes. Estos docentes deberán seguir apoyando las actividades escolares utilizando las tecnologías de la información y la  comunicación, para apoyar desde la modalidad de la educación en línea, los procesos educativos planteados como claves por el centro escolar. (4) Cubre bocas o pañuelo obligatorio.El alumnado no deberá seguir el ejemplo de nuestro Presidente, que nunca ha utilizado este utensilio médico. Es necesario acostumbrarse a su uso cotidiano, ya que realmente es incómodo, principalmente para aquéllos que tienen que comunicarse en voz alta de forma directa con los demás, especialmente los docentes. (5) Sana distancia(presente en las entradas y salidas, recreos escalonados, lugares fijos asignados, asistencia alternada a la escuela por apellido durante el curso remedial). Debemos manejarnos desde un espacio social de un metro y medio mínimo, no podemos permitir que  nadie se acerque a nuestro espacio vital ya que  el riesgo de contagio se eleva. (6) Maximizar el uso de espacios abiertos.Afortunadamente nuestras escuelas sí poseen buen espacio físico, en algunos de los centros escolares cuentan con techos  que cubren el patio principal, esto protege del sol y de la lluvia, así que es cuestión de utilizarlos, y que los docentes tengan la libertad, cuando así sea posible, de llevar sus clases al aire libre. (7) Suspensión de cualquier tipo de ceremonias o reuniones.Este aspecto representa un elemento central, ya que el virus posee predilección por las aglomeraciones humanas, éstas le facilitan el trabajo, la proximidad física es la manera más simple de lograr la transmisión. (8) Detección temprana(un enfermo y se cierra la escuela). Debemos recordar que la propagación del contagio posee un crecimiento exponencial, por un solo contagio, podría haber ocho posibles contagios más, en cuestión de dos a cuatro semanas, estos ocho pueden convertirse en 64, y estos 64 en 512, y así sucesivamente. (9) Apoyo socioemocional para docentes y estudiantes. Despues de 116 días de confinamiento, es decir, casi cuatro meses, los directivos y los docentes deberán considerar la situación emocional de las familias, de los alumnos y alumnas. Buscar signos de ansiedad, depresión, vivencias traumáticas durante y exacerbadas como parte del confinamiento, sentimientos en general de miedo y tristeza, así como de soledad.

La nueva normalidad y la reapertura inevitable de las escuelas, representan un gran reto para nuestras comunidades educativas.




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Arturo Delgado Moya

Arturo Delgado Moya


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