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Opinión Editorial


Reactivación sin deuda


Publicación:25-10-2020
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A la memoria de Joel Molina Ramírez, compañero de lucha y amigo entrañable.

A la memoria de Joel Molina Ramírez, compañero de lucha y amigo entrañable.

Los rebrotes y repuntes de contagios de Covid-19 en el mundo son un recordatorio de que la contingencia continúa y de que para aspirar a una nueva normalidad se deben realizar grandes esfuerzos en materia económica y de salud, pues además de salvar vidas, el Estado mexicano tiene la obligación de hacer frente financieramente a los efectos adversos de la pandemia sobre las métricas macroeconómicas del país, y al mismo tiempo debe cumplir con los compromisos contraídos con la sociedad mexicana.

En este sentido, la discusión y aprobación del paquete económico para el próximo año será crucial e implicará una intensa actividad legislativa. En el caso del Senado de la República, se tiene hasta el 31 de octubre para hacer lo propio con el dictamen con proyecto de decreto por el que se expide la Ley de Ingresos para el ejercicio fiscal 2021, que ya fue aprobada por la Cámara de Diputados, y que es uno de los cuatro documentos que integran el paquete económico, además de los Criterios Generales de Política Económica, el Presupuesto de Egresos y la miscelánea fiscal.

Si bien el proyecto de Ley de Ingresos no presenta una gran variación respecto al año pasado, debido a la continuidad de la estrategia federal, la política recaudatoria ha tenido grandes avances que permiten generar más ingresos al Estado, combatiendo la evasión y el fraude, y prohibiendo las condonaciones multimillonarias que en el pasado fueron parte de la sangría a los recursos del erario, a causa de la colusión entre el poder político y el poder económico del viejo régimen.

El presupuesto de gasto para el próximo año guardará correspondencia con los montos que se estima percibir, que serán de 6.2 billones de pesos.

De haber seguido las recetas de endeudamiento, los ingresos del Gobierno federal habrían mermado. De hecho, se estima que, de haber adquirido deuda, actualmente se tendrían que destinar 350 mil millones de pesos adicionales para su pago. Éste es sólo uno de los argumentos que corroboran que la estrategia mexicana fue adecuada.

Los ejemplos de otras latitudes dan cuenta de que mayor endeudamiento no significa mayor recuperación ni mejor control epidémico. Países como Estados Unidos, Brasil y España han roto sus récords de endeudamiento respecto al PIB: EU, con una deuda equivalente al 138 por ciento de su PIB; Brasil, con un 88.8 por ciento, y España, con un 110 por ciento. En ninguna de estas naciones la recuperación económica se ha podido acelerar.

Todos estos son escenarios poco deseables para México, en donde con la aplicación del Paquete Económico 2021 se plantea reducir la deuda en un punto porcentual del PIB.

2021 será un año en el que los efectos económicos de la crisis generada por el nuevo coronavirus aún seguirán vigentes. Por eso, resulta fundamental que las entidades federativas adopten también principios de no endeudamiento y de austeridad en el manejo de sus finanzas públicas.

La Ley de Ingresos que la próxima semana se discutirá y revisará en el Senado de la República forma parte de una estrategia económica que combate la corrupción, se aleja del endeudamiento público y no genera nuevas cargas tributarias para la sociedad. Con estos tres pilares como ejes, México podrá seguir caminando hacia la reactivación económica generalizada, y no a la de solamente unos cuantos sectores.  

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA




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