Casi, casi emulando la frase que hiciera popular uno de los personajes del Chespirito, las autoridades locales piden a la población que no cunda el pánico ante la violencia.

Lo peor es que ni con las reuniones de seguridad realizadas que se celebran de un tiempo a la fecha todos los días, las autoridades, como dice la raza, no ha podido dar pie con bola, pues la inseguridad sigue.

Y, quizá lo más grave o delicado del asunto es, que los brotes de inseguridad se hacen cada vez más severos, que si lugar a dudas disparan el miedo a cualquiera.

Por lo que no es de extrañarse si de la noche a la mañana, eso que se conoce como los niveles de percepción de inseguridad, colocan a la entidad en posiciones nada deseables dado lo delicado del asunto.

Que ya se tienen localizados los actores ge-neradores de la inseguridad, quizá sea de utilidad ante lo que parece dejar sin sentido toda acción.

Por si quedara duda, basta con darle una repasada leve al tema, con incendios provocados en San Pedro y Monterrey, ejecuciones de hombres, mujeres y menores, así como la loca-lización de cuerpos descuartizados.

Aunque pareciera un laaargo cuento de nunca acabar pese al esfuerzo conjunto de la autoridad, la liberación de delincuentes gracias al marco legal frágil y la disputa de territorios, trae en jaque a más de dos.

Por lo que la “papa caliente’’ se complica, cuando en medio de este esfuerzo de los tres niveles de gobierno por frenar la inseguridad, se topan que con prietitos en el arroz, por dobles nóminas de malos policías.

Y, como cereza del pastel, uno de los temas que podrían generar un duro golpe a los comercios establecidos, el ataque a uno de los establecimientos más emblemáticos de la entidad, al más puro estilo del Casino Royale.

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Como si no tuviera ya con tantas broncas el Estado sigue en tira-tira con otro de los temas que hacen crisis en la entidad.

Se trata del tema del transporte colectivo en cualquiera de sus áreas y por lo que se ve, no se resolverán en un abrir y cerrar de ojos.

Por lo que basta con darle una vuelta a las estaciones del Metro, que a lo largo del día tiene gran demanda y se agudiza su mal servicio.

No se diga en lo referente a la Ecovía que se ha convertido en un fuerte dolor de cabeza para las autoridades y los usuarios en general.

Pero eso no es todo, pues hay rutas que han disminuido el número de unidades en circulación, pegándole al usuario.

Lo mismo que la proliferación de los llamados taxis piratas que de igual forma, son detectados por la delincuencia, antes que la autoridad.

Y, eso que el tema del “tarifazo’’ sigue como moneda en el are sin que se puedan definir las nuevas tarifas ya en puerta.

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Y si de dolores de cabeza se trata, a como van las cosas en la entidad se seguirá padeciendo problemas serios a causa de la contaminación.

Sobre todo, porque muy a pesar de que se proponga como solución el famoso “Hoy No Circula’’, difícilmente se trataría de una medida aplicable a la de ya.

Y, aunque el asunto podría tener efectos positivos, también tendrá la otra cara de la moneda, por lo que la propuesta invita a la reflexión.

Habrá que ver qué dicen los expertos y realizar mesas de trabajo sobre el particular antes de dar el primer paso, el segundo o el tercero.

Y, hasta en cierto momento, remontarnos al pasado y averiguar qué ha pasado en las grandes ciudades que hoy por hoy padecen contingencias en materia de movilidad y para colmo, calidad del aire.

En especial, cuando ya existe una legislación para regular la polución y meter en cintura a quienes contaminen, valdría averiguar por qué no aplica o si como muchos asumen, es falta de voluntad política.

Y, de ser así, cuál sería la diferencia entre leyes vigentes o disposiciones regulatorias, con nuevas reglamentaciones que inviten al No Circula.