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Opinión Columna


Promesas de saliva


Publicación:10-03-2019
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Pero la falsedad dura hasta que la realidad te despierta, y ahora que se reportan los resultados de sus políticas vemos los hechos.

 

Chicago, Illinois.- La verdad no es popular y por ello sé que lo que viene no gustará al 80 por ciento de los mexicanos. El presidente Andrés Manuel López Obrador no está conduciendo un buen gobierno, sus políticas conducirán a la parálisis económica y sus arreglos político-clientelares son contrarios a la imposición de un muy necesario Estado de derecho.


México, pues, va por mal camino. No obstante, el presidente alcanzó los niveles de popularidad más altos en la historia, entre 90 y 80 por ciento, y la gente se dice optimista del cambio que encabeza. Entonces, ¿de dónde demonios saco que la cosa va mal? Los datos duros que divorcian la realidad de la fe popular.


En tiempos que se recortan las expectativas de crecimiento, que la inversión extranjera disminuyó, que los consumidores no gastan dinero y que las finanzas de Pemex pueden arruinar las cuentas nacionales, López Obrador dice que México será una potencia. Dichos apoyados con saliva, no con elementos sólidos.
En este fenómeno no están solos. En Estados Unidos el 43 por ciento de la gente cree que el presidente Donald Trump está haciendo un buen trabajo. ¿Cómo entender que semejante personaje tenga este nivel de aprobación? Igual que en México, con mentiras, diciéndole a la gente lo que quiere escuchar, explotando el anhelo del cambio como vehículo hacia una prosperidad escurridiza que no llega.


Al norte del Río Bravo los resultados también van en contra del optimismo popular. Luego de lanzar sendos conflictos comerciales con Europa, China, México, Canadá y Corea del Sur, naciones aliadas y amigas menos China, Trump prometió expandir los mercados a los productos estadounidenses, capturar más recursos fiscales a través de aranceles y cambiar el orden internacional para que Estados Unidos consolide su papel dominante. Ya no como nación de valores, sino como bully que impone su hegemonía.


Pero la falsedad dura hasta que la realidad te despierta, y ahora que se reportan los resultados de sus políticas vemos los hechos.


El déficit comercial en lugar de reducirse por sus aranceles aumentó a niveles históricos (891,000 millones de dólares), gracias al recorte de impuestos de su reforma fiscal. Es decir, la reforma fiscal dilapida recursos del Tesoro sin atender el déficit; no reforma los costosos programas asistenciales, pero sí inunda el mercado de efectivo que, a su vez, incentiva adquirir productos importados. Un círculo de tontería que consolida el fracaso de su proteccionismo.


Esta situación se da ahora que hay dinero y crecimiento económico, pero no durará para siempre. Los aranceles sí están dañando las economías del mundo al dificultar el intercambio de mercancías a nivel global. La falta de dinamismo ya se registra anticipando una posible recesión. ¿Y qué pasará si se paralizan las ventas globales?


Visto desde una perspectiva nacional, como le gusta a Trump, Estados Unidos venderá menos productos, su economía se enfriará y en lugar de reivindicar a los pobres que votaron por él, y que siguen aprobando su desempeño, cancelará oportunidades para toda la población.


Todos anhelamos un mejor futuro, pero para acercarnos a ese objetivo hay que trabajar con rumbo, no con promesas huecas. Por su lado, el presidente de México promete mejorar el sistema de salud público para que esté al nivel de lo que ofrecen Dinamarca o Canadá. La cosa es que el país nórdico recauda impuestos por el equivalente al 53 por ciento del PIB, Canadá casi el 40, mientras que México no llega ni al 22. Sin recursos las promesas no valen nada.


Aquí en el norte nos dijeron que el proteccionismo comercial iba a evitar que se abusara de Estados Unidos y que los pobres verían los frutos. En realidad, lo que estamos obteniendo es una situación fiscal mucho más precaria, cierre de mercados para las compañías estadounidenses y una recesión que golpeará con más fuerza a quienes creyeron en las soluciones fáciles del demagogo. Por lo que, México, cuando veas las barbas de tu vecino cortar…


Twitter: @ARLOpinion



« Redacción »