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Opinión Columna


Por un Morena claro


Publicación:07-02-2020
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Y es necesaria la reconstrucción de Morena en el estado, es necesario sacar al partido de la postración en que se encuentra.

La renovación de la dirigencia nacional del partido Morena, que llevó a la cumbre al actual Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha reiterado chorromil veces que no interviene en el partido que fundó porque gobierna para todos los mexicanos, es un rayo de esperanza para quienes han dado media vida o más desde la izquierda en aras de remediar los múltiples males de la nación.


Maltratos, vejaciones, ninguneos, excomuniones, insultos, detenciones han sufrido en carne propia un sin número de militantes de izquierda por defender sus ideales, por buscar el bien de la patria y por establecer un régimen de justicia en México. Lo triste es que cuando llega un partido de izquierda, como Morena, que aúpa a viejos y nuevos militantes de izquierda, comunistas, trostkistas, gramscianos, althuserianos, cheguevaristas, no alcanzaron desde un puesto de elección popular servir a la patria, por lo que siempre pelearon.


En gran parte esta defenestración volátil fue incubada por la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnky, de clara formación conservadora y derechista, desde su posición en cámaras empresariales en el estado de México, donde conoció al entonces candidato AMLO al que se le pegó. Una vez a la cabeza del partido, al que llegó por designación, obviamente escogió candidatos con ideología símil, trasnochada, so pretexto de que pagaran sus campañas porque toda la lana del partido iba para la elección presidencial. Incluso engatusando a personas de buena fe que se convirtieron al lopezobradorismo al ver su compromiso sincero.


La prueba es la camarilla de diputados que representan al partido moreno en el Congreso Local. Primero, nada tienen que ver con la cuarta transformación de la nación, por lo tanto no siguen las pautas trazadas por el presidente. Por eso mismo, no cumplen con sus electores en sus respectivos distritos, contrario a los actos de AMLO que cada fin de semana lo dedica a visitar a los ciudadanos, en particular a los menos favorecidos. Segundo, carecen de principios democráticos e incluyentes, no se diga de humildad y fraternidad. La república amorosa, proclamada por AMLO, siguiendo a Platón, es para ellos un jaja.


Por eso suena a esperanza el hecho de que Alfonso Ramírez Cuéllar, un militante de izquierda, cuyo compromiso con las mejores causas del país, la abolición de la esclavitud bancaria, la sentencia sin juicio del consumismo, el bienestar ecológico, la promulgación de la libertad antes que el dinero, está fuera de duda. Y si hubiera sido Bertha Luján quien encabezara el partido de la regeneración, igual sería un rayo de esperanza. Ante tanto desmán legislativo, es ahora, ya, cuando se deben seleccionar a los mejores hombres y mujeres, sin distingo de preferencia sexual, edad o altura, para que sustituyan a los mal llamados diputados de Morena que hoy fungen sin fungir.


Ante su oscurantismo travestido de avanzada, a la susodicha ex dirigente no le queda otra más que farfullar que los auténticos militantes de Morena quieren fundar otro partido, que las cuentas de las participaciones económicas están mal en algunos estados, que ella es la buena porque así lo quiere el presidente. Pero no es así. La realidad es otra. Y como ella desconoce la realidad, inventa.


Una de las mentes más brillantes de su generación, George Steiner, quien acaba de morir, al analizar la esencia de los partidos políticos, uno de sus temas, acentuó que cuando un partido empieza a actuar como si fuera una administración pública, se pierden sus objetivos y su razón de ser. Es cierto. Cuando el dirigente de un partido actúa como si fuera el Presidente de la República, entonces ya la amolamos.


Para Nuevo León es de capital importancia la sucesión partidaria porque enfrenta, al igual que otros estados, las elecciones constitucionales en todos los cargos de elección popular. Y es necesaria la reconstrucción de Morena en el estado, es necesario sacar al partido de la postración en que se encuentra.

Sacarlo del burocratismo, de esa agencia de colocación de empleo en que se ha convertido, de la inopia rampante que lo agobia. De esa manera, solo de esa forma, se podrá hacer frente al gran reto de las elecciones por venir.



« Redacción »