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Opinión Editorial


Ponerse en su lugar


Publicación:11-07-2022
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La semana pasada vivimos un espectáculo que pone en evidencia el desorden que se vive en nuestro país.

La semana pasada vivimos un espectáculo que pone en evidencia el desorden que se vive en nuestro país. Como siempre, se utilizó "La Mañanera" para distraer al pueblo de México de los temas importantes. Lo anterior ha generado un verdadero desorden en el propio gobierno y en general en todos los ámbitos que tienen que ver con la autoridad.

El Poder Ejecutivo insultó a un miembro de la comunidad judía, acusándole de parecerse a Hitler. Nada más y nada menos que a Hitler, quien es el mayor genocida de la Historia y que persiguió y mató a millones de judíos. Sobra decir que el golpe de la declaración fue doblemente duro porque, además de imprudente e ignorante, fue antisemita. La Comunidad Judía supo estar en su lugar y, valientemente, emitió un comunicado en contra de dichas declaraciones.

A raíz de los asesinatos de los sa-cerdotes en Cerocahui, Chihuahua, re-presentantes de la Iglesia Católica, en la misa de cuerpo presente reclamaron y se manifestaron en contra de la violencia que se vive en la Sierra de Chi-huahua y en todo México. Además, la propia Comisión Episcopal dio a conocer un comunicado en voz de su secretario, el monseñor Ramón Cas-tro. Con "impecable lucidez", como se escribió en una editorial, explicaron que la claudicación del Estado significaba demagogia e incluso complicidad. La respuesta del gobierno de Morena desde el "Supremo Poder Ejecutivo" fue de insulto y reclamo a la propia Iglesia, usando un tono de franca burla.

La Iglesia Católica supo valientemente mantenerse en su lugar. No abandonó a las víctimas ni fue indiferente ante lo que se está viviendo el país.

En México es precisamente la autoridad la que no ha sabido estar en su lugar. El "Supremo Poder Ejecutivo" no sabe estar en un lugar que no sea el de la manipulación y el uso de recursos del Estado para distraer a los ciudadanos. El gobierno de Morena no sabe estar en otro lugar distinto al de la acusación sin pruebas, la persecución a los disidentes.

Tampoco está en su lugar el presidente de la Suprema Corte de Justicia, quien se ha convertido en productor de cine y, ahora (ya que se ha hecho costumbre la violación a la separación de poderes) se ha erigido también en legislador presentado una mala iniciativa de ley. Haber presentado dicha iniciativa en la Comisión Permanente fue, para empezar, un despropósito por el efecto corruptor que eso significa; pero también es una majadería hacia Olga Sánchez Cordero quien, además, nunca ha defendido la dignidad del Congreso y acepta todo tipo de groserías por parte de los funcionarios del gobierno de Morena, entre ellos el propio Arturo Zaldívar. Claro que el presidente de la Corte no está en su lugar porque el resto de los ministros no han sabido o no han querido ubicarlo. A eso debemos agregar que cientos de legisladores no han querido tampoco denunciar la flagrante usurpación de funciones legislativas del presidente de la corte.

Así, el Poder Judicial ha perdido su rumbo gracias a un presidente de la Corte que, en lugar de ser independiente, prefiere adular al Poder Ejecutivo; que en lugar de impartir justicia prefiere hacer iniciativas de ley, y que, en lugar de cuidar a la Corte, prefiere generar una posible candidatura a la que le dedica tiempo y dinero.

Frente a la situación del país la Iglesia Católica ha demostrado estar en su lugar. ¿Cuándo veremos al go-bierno de Morena en su lugar? Y nosotros los ciudadanos debemos ocupar nuestro lugar.





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