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Opinión Columna


Oídos sordos


Publicación:01-02-2019
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“Es más fácil que escuchen las canteras de las paredes del palacio de gobierno que los funcionarios y el gobernador”

El activista por los derechos de la diversidad, Mario Rodríguez Plata, emitió una sentencia casi bíblica al decir que “es más fácil que escuchen las canteras de las paredes del palacio de gobierno que los funcionarios y el gobernador”, a raíz del prolongado plantón que un grupo de usuarios del transporte urbano sostienen en la explanada para evitar la inconmensurable alza a la tarifa del servicio.


En efecto, no hay una razón de peso, salvo la táctica priista del gobernador Jaime Rodríguez Calderón, de dilatar la resolución a las demandas no sólo de los usuarios sino también de los transportistas. Ni que estuviera haciendo un gran estudio o una planificación al lado de expertos en movilidad para transformar el sistema del servicio del transporte. No es posible dada su aversión a la lectura y a la cultura. Lo que pasa es que tan solo pretende desinflar las demandas por la vía de la prolongación inquietante. Los movimientos sociales solos se apagan, piensa, como antes pensaban los gobernantes tricolores.


Pero no. Sin importar el mal clima, la ventosidad del descampado, las inclemencias de un invierno que no quiere irse, viviendo de la cooperación solidaria de los simpatizantes, los integrantes del Asociación Unete Pueblo y organizaciones hermanas, que han puesto en jaque al gobierno, persisten en su hazaña de hacerse notar para que no se cometa un agravio más a los ciudadanos, en particular a los que menos recursos tienen.


Ya aumentó la cuota de peajes en las autopistas, pero no ha aumentado la calidad del pavimento, aumentó el cobro de la tenencia y quieren aumentar la tarifa del boleto del transporte urbano. Los ciudadanos son quienes asumen esos gastos que deterioran aún más su anémica situación económica, porque la mayoría gana el salario mínimo.


Y ese tipo de medidas no debiera provenir de un gobernador que se dice independiente. Pero ni el gobernador ni su equipo cercano son independientes. Eso fue tan solo una excusa para llegar al poder, aprovechando la coyuntura del hartazgo de la gente, pero su comportamiento en el poder es igual al que han ejercido mandatarios anteriores emanados de los dos partidos que han gobernado el estado.


Y en el colmo de la situación, que por cierto ha cautivado por su valor a un buen número de ciudadanos, hay quienes quieren sacar su propia ventaja: Ahora sí hasta los del PAN se han colgado de la brocha de Rocío Montalvo para pedir la renuncia de renuncia de Jorge Longoria, titular de la Agencia Estatal del Transporte, cuando antes ni pelaban ese asunto o de plano lo defenestraban, en particular el diputado retardadito Carlos de la Fuente, que se caracteriza no sólo por su conservadurismo sino por sus actitudes claramente reaccionarias y a favor de poder.


Pero ningún de ellos ha ido a pernoctar a la carpa donde permanecen con lluvia y frío, los activistas convencidos de su vocación de servir realmente a la ciudadanía, no servirse de ella ni decir que la representan. Por lo demás, la exigencia de los diputados y de un buen porcentaje de ciudadanos de destitución de Jorge Longoria es más que acertada, ya que él es el causante, por sus corruptelas y negocios particulares, de la pesadilla que se vive en el transporte de pasajeros. Por eso el gobernador pone oídos de tapia.



« Redacción »