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Opinión Columna


¡No a la penalización del aborto!


Publicación:12-03-2019
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Existen derrotas que fortalecen; ésta es una de ellas. Tuvimos la razón jurídica, pero no los votos.

 

El miércoles seis de marzo, en vísperas, del “Día Internacional de la Mujer”, que se celebra cada ocho de marzo, una coalición de partidos formada por el PAN, PRI, el PT y el PES, desempolvaron una iniciativa de reforma por adición de un párrafo, el artículo 1 de la Constitución Política del Estado, para incluir “el derecho a la vida” y equiparar al producto de la concepción con un ser humano nacido.

La iniciativa trasgrede el principio de progresividad y no regresividad en materia de derechos humanos, es violatoria de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de la particular del Estado y de Tratados Internacionales suscritos por el Estado Mexicano y ratificados por el Senado de la República. Además, contradice criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que después de un intenso debate de las y los Ministros durante un año y cuatro meses, declararon constitucional la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas.

La iniciativa avalada por el PAN, se presentó en la Septuagésima Tercera Legislatura al Congreso delEstado, el 21 de mayo de 2014.

Una servidora formó parte de dicha legislatura, la segunda vez que fui diputada local. Nueva Alianza, junto con el PRI, PT y PRD, dimos la batalla al interior del Congreso, para que la denominada “ley antiaborto”, no se aprobara, lo que finalmente sucedió.

Nuestros argumentos fueron compartidos por distintas organizaciones de la sociedad civil, así por editorialistas de los distintos medios de comunicación de la localidad.

Ahora en mi tercera incursión como diputada local,mediante un “albazo legislativo”, sin realizar “Mesas de Trabajo “,como ha sido una costumbre en la actual legislatura, se volvió a presentar la misma iniciativa,solo que en esta ocasión, lamentablemente, tenía negociados los votos para su aprobación. Sin duda, la reforma será el sello distintivo de esta legislatura, lamentablemente, no para bien.

Resulta por demás inconsecuente, al menos para una servidora, que esta reforma, se apruebe en un Congreso paritario, donde debería prevalecer una agenda con perspectiva de género

La reforma, más bien, la contra-reforma aludida, pudo frenarse con los 22 votos de las diputadas y archivarse como asunto concluido.

Durante mucho tiempo, la sociedad civil y algunos partidos políticos pugnamos por lograr un Congreso del Estado paritario, que permitiera promover reformas para empoderar a las mujeres, víctimas de discriminación, por una política machista, que durante mucho tiempo las condenó a ser solo un objeto.

¿Pero qué sucede? Que un Congreso paritario les da la espalda a las mujeres de Nuevo León y les impone una reforma “fast track”, con un proyecto de dictamen circulado el viernes por la tarde.

Un proyecto de dictamen desaseado, que pretende justificar la reforma con base en una jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre el derecho a la vida, aprobada el 14 de febrero de 2002.

Esta jurisprudencia se encuentra totalmente superada por la reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, que elevó a rango constitucional los derechos humanos.

De la misma manera, en la Comisión de Puntos Constitucionales, se respaldó la reforma, con el artículo 4 de la Convención Americana de Derechos Humanos, (“Pacto de San José Costa Rica”), celebrada el 22 de noviembre de 1969; documento que entró en vigor en México, el siete de mayo de 1971, al publicarse en el Diario Oficial de la Federación.

Al respecto, conviene mencionar que México hizo una reserva expresa, sobre dicho artículo; por lo que éste no puede ser utilizado como argumento.

La iniciativa que nos ocupa, contiene además errores de técnica legislativa, ya que sujeta la reforma constitucional a disposiciones del Código Penal del Estado.

Si la coalición de partidos antes mencionada, fue capaz de reformar la Constitución local, con la mano en la cintura podrán reformar el Código Penal, paradesaparecer las excluyentes de responsabilidad por el aborto, establecidas en dicho Código. Si no son ellos, dejarán la puerta abierta, para que ello suceda en el futuro. De esta manera, las mujeres para evitar ir a la cárcel, tendrán que concluir su embarazo, aunque no tengan, por razones justificadas, afecto por el nacido. O bien, quienes dispongan de recursos suficientes, podrán trasladarse al país del norte, o en su caso, a la Ciudad de México, para practicarse el aborto; pero, ¿dónde quedarán las mujeres en situación de pobreza?

Con la aprobación de la “ley antiaborto”, en Nuevo León quedará vedada cualquier iniciativa para legislar sobre la muerte digna, como ya existe en otros países y en algunos estados de la federación.

¿Estarán enterados quienes aprobaron y simpatizan con la reforma que ésta concede derechos al nonato; derechos del mismo tenor de las personas vivas?

¿Sabrán que con esta reforma el nonato podrá casarse, incluso con nonatos del mismo sexo( de acuerdo con el reciente pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia, que avaló los matrimonios igualitarios en Nuevo León), heredar, inscribirse en la lista nominal, tramitar su pasaporte, votar y ser votado? Que alguien me explique, como diría un conocido actor de cine y televisión.

La reforma encierra una falacia. Sus promotores se asignan el título de “defensores de la vida”, como si defender la vida de no nacido lo justificara, mientras quienes defendemos también la vida de las madres, nos tildan como “defensores de la muerte”.

Pero, María Dolores Leal Cantú, aunque rechazo la contra- reforma, estoy a favor la vida: soy orgullosamente madre y abuela. No acepto, que se me ponga una etiqueta que no me corresponde

Pareciera que la aprobación de la-reforma es la respuesta de los grupos conservadores, a la declaratoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que legalizó los matrimonios igualitarios en Nuevo León, sin que exista resquicio jurídico para no acatar la sentencia. Las “buenas conciencias” aun respiran por la herida.

Nueva Alianza, Nuevo León, es un partido de corte liberal. Defendemos el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. A decidir su sexualidad y su reproducción, que implica decidir su vida, su presente y su futuro.

Apoyar el derecho a decidir significa además, respaldar social política y legalmente, las propuestas, leyes, programas y acciones afirmativas que promueven y fomentan la información y la educación laica, el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva de calidad, así como las que busquen erradicar la discriminación y la violencia por razón de género.

Por lo antes expuesto, la fracción parlamentaria de Nueva Alianza, Nuevo León, que represento en el Congreso del Estado, votó en contra, en lo general y en lo particular, respecto del dictamen a discusión. Me acompañaron y lo agradezco profundamente, las diputadas Ivonne Bustos Paredes, del PVEM, Mariela Saldívar Villalobos, del MC y Claudia Tapia Castelo, de Morena. También, sufragaron en contra, los diputados Luis Donaldo Colosio Riojas, del MC, así como Ramiro Roberto González Gutiérrez, Arturo de la Garza, Garza y Luis Armando Torres, Hernández, de Morena.

Nuestro voto fue razonado, en base a nuestras convicciones.

Existen derrotas que fortalecen; ésta es una de ellas.

Tuvimos la razón jurídica, pero no los votos.



« Redacción »
María Dolores Leal Cantú


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