Quién sabe qué números tengan las autoridades federales, pero como dice la raza, ''ya le echaron la sal'' a Monterrey, pues ante la pandemia alcanza mención en el negro panorama que atraviesa el país.

Sobre todo, ahora que el semáforo rojo ya invadió toda la nación y según el mismo Hugo López-Gatell, en próximas fechas en Monterrey se pondrán las cosas más que feas, sino pa'l baile vamos.

Lo cual hasta en cierta forma no es desconocido para las autoridades estatales encabezadas por el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, quien sigue del tingo al tango apretando tuercas.

Por lo que no descarte un apretón fuerte por parte del Ejecutivo Estatal a la población en general, para recobrar el ejemplo nacional que le El Bronco al anticipar acciones firmes y que al paso del tiempo quizá ya cansados por el confinamiento social, muchas de las personas han aprovechando cualquier pretexto para ''tomar'' las calles sin la sana distancia, ni cubrebocas.

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No es que nos guste el chisme, pero con eso de la fracasada reactivación por aquello del cruce de señales y que abrieron negocios y empresas no necesarias, ahí le va.

Muchos de los que se considera no necesarios ahogados por lo tirante de la situación económica, de una u otra forma se han atrevido a retar a las autoridades que andan bravas.

Y como las advertencias de quienes traen el reglamento, el block de avisos y pegotes de clausura temporal con instrucciones precisas de cerrar, pues ya sabrá.

De modo que aquellos que tienen oportunidad, ahora sí como se dice vulgarmente, se la rifan tratando de implementar medidas de sanidad laboral para evitar castigo.

Bueno, al menos que no les vayan a sancionar o en el peor de los casos, clausurar porque advierten necesidades laborales y pago de compromisos, por lo que le hacen su luchita.

En el mejor de los casos, trabajan con toda discreción los que pueden y los que no tienen de otra con medias cortinas abiertas tratando de pasar por desapercibidos.

Y si no lo quiere creer basta con pelar bien el ojo porque en el enjuague van talleres mecánicos, tiendas de ropa, de accesorios, negocios de todos los calibres y tamaños.

Sin embargo, habrá que ver qué pasa en unos días más, donde muchas de las autorizaciones dependerán del famoso semáforo con que se regulan los contagios del Coronavirus.

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En medio de la pandemia quien le mueve al tema electoral quieran o no, corren el riesgo de quemar cartuchos.

Porque aunque a muchos ya los tenga el tema del Covid-19 hasta el copete, en verdad no hay tema que lo tumbe.

Por lo que podrían parecer disparos al aire o simples chispazos que no arden en hoja seca, todo intento de brillar.

Y si a caso le queda alguna duda, sin distinción de partidos, ni de colores, el contagio y reactivación son lo de hoy.

Especialmente por que la pandemia se ha mostrado como un virus bastante agresivo que ya costó vidas, empleo y mucho dinero.

Pero lo más grave de ello, podría aún estar por venir si se agudiza la crisis de slud, económica y los hospitales se llenan.

Más, cuando se habla de una cantidad ridícula de respiradores aún sin usar en Nuevo León y los que se esperan, aún no llegan.

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Parece mentira que todos los días en horas pico, las aglomeraciones en el transporte público sea el cuento de nunca acabar.

El problema es serio, porque a pesar de que los combustibles bajaron, las tarifas siguen siendo bastante elevadas.

Y si antes los transportistas defendían su postura por falta de unidades en circulación, ahora cuál es el pretexto.

... O, bien, valdría la pena preguntar a quién podrían estar ''ayudando'' los empresarios camioneros, o quieren la requisa.

Es duda.

Ojalá más pronto que tarde tengamos una respuesta satisfactoria de las autoridades competentes.