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Opinión Editorial


Las caravanas AntiAMLO


Publicación:15-06-2020
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Pero de esas caravanas no estamos hablando hoy.

¡Vaya que si hay de caravanas  a caravanas! Cuando escuchamos el término nos recuerda aquéllas de final del sexenio del expresidente Peña Nieto y comienzo de la 4T, donde miles de centro americanos, principalmente, llegaban a la frontera México-Guatemala, a orillas del río Suchiate;  doblegaban a los policías antimotines que se encontraban resguardando las oficinas del Instituto Nacional de Migración, en Tapachula, Chiapas, para después entrar en masa, sin documentación alguna, a nuestro territorio. A partir de allí, recorrían  la geografía nacional, hasta lograr acceder a la frontera  norte, para finalmente intentar cruzar al Otro lado.

Pero de esas caravanas no estamos hablando hoy, se trata a lo largo de los últimos días, de las denominadascaravanas anti AMLO. Un movimiento  de Oposición al gobierno de la 4T, encabezado este último, como sabemos, por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Las caravanas son convocadas por el  Frente Nacional Anti AMLO (FENA) que tiene como propósito lograr la renuncia del Presidente: ¡ya! Supuestamente, ni siquiera están pensando las elecciones del 2021 como opción, menos en el referendo del 2022. En este propósito colectivo hay prisa.

¿Quiénes son los de la prisa? Un grupo de ciudadanos que han desarrollado una agenda política de oposición y que, de manera inteligente, apegados a las leyes  y a los derechos políticos emanados de la ConstituciónMexicana, buscan un cambio de gobierno de acuerdo con el Artículo 39, que señala que el pueblo de México tiene  en todo momento, el derecho inalienable de alterar o modificar la  forma de su gobierno.

Dice un refrán popular, “quien siembra vientos,cosecha  tempestades”, y así ha ocurrido con el Presidente, quien desde las conferencias mañaneras, ha desarrollado un discurso donde se vislumbra una narrativa basada en una dicotomía maniquea, de todo o nada, blanco y negro, bueno y malo, honestos y corruptos, liberales y conservadores.

Esta polarización es necesaria para proseguir en la acción política concebida desde el uso del conflicto permanente para radicalizar las posturas ideológicas y justificar las decisiones que se toman desde el gobierno. La narrativa es eso, darle sentido desde los valores, a los sucesos actuales y pasados para justificar las acciones del presente. Para ello, la historiadecimonónica mexicana, de la pugna entre los liberales y conservadores mexicanos, le ha venido a la 4T como anillo al dedo para darle sentido al México del siglo XXI.

Por supuestos que la realidad del siglo XXI es distinta y tal vez, mucho más compleja que la del siglo XIX, pero eso no es tan relevante, cuando se trata de elaborar un discurso político para justificar las accionesy los cambiospropuestos desde el gobierno. Así que la polarización del siglo XIX, se refleja en la narrativa que se ha promovido desde  PalacioNacional, para tratar, a manera de espejo, de reactivar una polarización antigua y actualizarla en su versión siglo XXI.

Sea como sea, haya sido como haya sido, México está nuevamente dividido por dos tendencias, dos fuerzas políticas que, a manera de mega relato, luchan entre sí, como las tinieblas contra la luz  o el bien contra el mal. Ante una realidad dicotómica como ésta, el razonamiento inducido es muy esperado: ¿Tú con quién estás, con los liberales o los conservadores del siglo XXI? ¡Recuerda que sólo hay de dos sopas!

El problema es que de las dos sopas no se hace una. El movimiento antiAMLO que surgió para combatir políticamente a la 4T, ha cobrado relevancia a nivel nacional, inclusive ha repercutido en algunas comunidades hispanas en Estados Unidos. Tienen un nivel de convocatoria creciente, es natural, ya que el poder desgasta y, seguramente, las decisiones que ha tomado el Presidente, han repercutido en la economía de muchas familias de clase media y también del empresariado.

Pero si la 4T nos tenía preocupados por las decisiones que han afectado la economía nacional y,  la manera cómo ha sometido a las instituciones y debilitado a los órganos autónomos que generan un contrapeso al poder institucional del Ejecutivo, así como la actividad legislativa del Congreso que se somete a su autoridad; en todo este contexto político la Oposición que se asoma tímidamente,  tampoco canta mal las rancheras.

El Frente Nacional Anti AMLO (FRENA) ha creado una narrativa todavía más preocupante que la narrativa de la 4T sobre conservadores y liberales. El FRENA no se mide, ha recurrido a un discurso de los años 60 del siglo XX, donde la paranoia  y la idea de una conspiración en contra del pueblo mexicano ha resucitado. Es increíble, pero el discurso que motivó la matanza de la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, es el que sostiene ideológicamente a esta organización de las caravanas motorizadas. ¡Resucitaron a Díaz Ordaz!

Para FRENA el gobierno de AMLO está comprometido con oscuros intereses internacionales del comunismo sudamericano, especialmente venezolano; que atentan, desde la información que brindan las agencias de inteligencia, contra los intereses nacionales; que buscan transformar a México en una nueva Cuba o Venezuela.

Si AMLO nos parece trasnochado, los de FRENA dijeron: ¡Quítate que ahí te voy! No sólo híper trasnochados, además, reavivando los odios antiguos de los movimientos anticomunistas de la década de los 60 del siglo pasado. FRENA se alimenta, ideológicamente,  de los resabios más autoritarios e intolerantes de la Guerra Fría.

Si la clase política es un peligro para México, los de FRENA son políticos amateurs alimentados por el odio intolerante anticomunista, de lo más rancio y, realmente, representan otro peligro más para México.

En la caravana de este sábado por la tarde en Monterrey, lo más simpático fue un suceso que ocurrió de manera espontánea durante la misma: un reportero de un periódico local tomaba video de los vehículos que desfilaban en fila india a lo largo de la avenida Constitución, de oriente a poniente.

De repente se detiene un conductor por la paralela a esta importante avenida, y establece comunicación informal con el periodista,  le dice que ponga atención, que la caravana está compuesta por “puros carros nuevos”. Obviamente el espontáneo interlocutor del periodista, viajaba en un carro viejo y medio destartalado, con un valor en el mercado muy inferior a los 50,000 pesos.  Mientras los vehículos que componían la caravana, el valor de cada uno mínimamente eran de 250,000 pesos para arriba.

La observación de este ocurrente ciudadano fue muy atinada, los manifestantes poseen un nivel económico con capacidad adquisitiva importante, seguramente miembros de una clase media acomodada, clase media alta y alta, insatisfechos políticamente con el gobierno de la 4T, y que aunque minoría, no dejan de ser una minoría activa que puede influir social y electoralmente.




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Arturo Delgado Moya

Arturo Delgado Moya


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