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Opinión Editorial


La nueva realidad de la 4T


Publicación:18-06-2020
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Si la nueva normalidad implica no volver a lo que se tenía, ¿cómo será la nueva normalidad del gobierno de la 4T?

Si la nueva normalidad implica no volver a lo que se tenía, ¿cómo será la nueva normalidad del gobierno de la 4T?, ¿podemos esperar un cambio en la forma de gobernar y de tomar decisiones?

Más allá de elaborar un programa de reapertura de negocios y de establecer condiciones para el uso de espacios, ¿qué podemos esperar como aprendizaje del COVID-19 que se traduzca en nuevos proyectos y cambio de rumbo para el país?

La pandemia evidenció la fragilidad de México particularmente en economía, salud y educación.

En la parte económica, la afectación se traduce en baja productividad empresarial, pérdida de empleo, pobre nivel adquisitivo y pocas ventas. Las empresas están batallando para recuperarse y los ciudadanos para el sustento diario.

Revisemos algunos datos. El IMSS reportó que, en los tres meses bajo las medidas de distanciamiento social y el paro de actividades económicas, ha habido en total una pérdida de un millón 30 mil 366 empleos formales; en mayo pasado, cerraron 3 mil 295 empresas. Los pronósticos es que estos indicadores subirán.

Según la firma Manpower, para el tercer trimestre, el 71% de los empleadores no realizará contrataciones, el 16% disminuirá y sólo el 7% aumentará.

Según el CONEVAL, el número de personas en pobreza extrema podría aumentar entre 6 y 10 millones. En pobreza laboral, es decir, quienes no pueden pagar la canasta básica de alimentos, aumentaría de 37 a 46 por ciento por la crisis.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) prevé, que el PIB se contraerá en un rango del 7.5 a 8.6% afectado entre otras cosas por los bajos precios del petróleo y poco turismo.

En salud, de acuerdo con especialistas, el sistema mexicano vive una de las peores crisis de su historia. Además de que en México se destina un bajo porcentaje del PIB a la salud, las irregularidades antes del COVID, superan los US$3.000 millones según datos oficiales.

Todo esto se tradujo en falta de infraestructura médica, hospitales inconclusos, escasez de medicamentos y de especialistas. Ante la contingencia, se tomaron medidas emergentes como utilizar hospitales militares, adecuación de espacios hospitalarios en empresas y contratar médicos especialistas cubanos lo cual generó mucha molestia entre los profesionales mexicanos. La pandemia se ha podido atender gracias al profesionalismo y compromiso del equipo de médicos del País que ha operado en la escasez y poca previsión del gobierno.

Además, según los especialistas, las medidas preventivas se tomaron con ligereza al principio. ¿El resultado? más de 150 mil casos confirmados y más de 18 mil muertes.

En educación, la modalidad en línea implementada, aunque reflejó un gran esfuerzo de coordinación por parte de la Secretaría de Educación, mostró la falta de equipamiento en telecomunicaciones, el bajo perfil docente y los retos en diseño instruccional de la educación virtual. La pandemia evidenció el rezago que traemos. La duda inmediata está en el regreso a las aulas cuando no se tiene la infraestructura física necesaria para la sana distancia que todavía se deberá mantener.

El COVID-19 cambió muchas cosas, entre otras, la aprobación del presidente, que ante la crisis podría ser lo menos importante, pero es muy revelador del ánimo y confianza de la gente. Según Mitofsky, en mayo 2019 la aprobación de AMLO era en promedio 64.5, a un año cayó a 50 puntos. Las aprobaciones más bajas, por debajo de la media nacional, proceden de estudiantes, desempleados, jubilados, empresarios y profesionistas. Además, el 50% desaprueba la forma en que AMLO ha manejado la crisis del COVID.

Las recientes caravanas en diversos puntos del país y extranjero, son medidas de protesta que exigen la renuncia de AMLO. Uno de los carteles utilizados resume el sentir de la población participante: “no es odio a AMLO, es amor a México”, pero “AMLO vete ya”.

Con este cóctel explosivo de temas, ánimos y datos entraremos a la nueva normalidad.

Está claro que no requerimos de un decálogo de buenos pensamientos y deseos para los mexicanos; llevarnos al camino de la espiritualidad no le corresponde al presidente.

Es evidente la necesidad de hacer cambios radicales en los sistemas de salud, economía y educación. Los indicadores son muy claros de los apoyos y áreas de inversión requeridos.

El crédito de mil millones de dólares otorgado por el Banco Mundial ojalá se destine a darle liquidez a la economía y a fortalecer el sistema productivo para generar empleo, como uso inmediato.

La situación preocupa porque lejos de aprovechar “el anillo al dedo” para un nuevo camino para México, el gobierno insiste en proyectos como el Tren Maya que atenta contra la dignidad de los pueblos originarios y el desarrollo sustentable. Un proyecto que operará con Diesel en pleno 2020 y cuyos estudios de evaluación ambiental no son conocidos.

No se ve la luz de la nueva normalidad de la 4T.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com



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