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Opinión Editorial


La lógica del surfer


Publicación:14-04-2020
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Tanto un país como una sociedad se pueden conocer a través de las acciones tomadas ante una dificultad

Tanto un país como una sociedad (un gobierno, una familia, una persona, una empresa…) se pueden conocer a través de las acciones tomadas ante una dificultad, una crisis, en dos sentidos: se ponen en funcionamiento los recursos con lo que ya se contaba y/o se pueden generar nuevas posibilidades y habilidades; se inventa y amplifica, no solo a pesar de la adversidad, sino precisamente, con y gracias a la adversidad misma.

En el ámbito médico se sabe que el estado preexistente o premórbido del paciente juega un papel importantísimo al momento de hacerle frente a una enfermedad, así como la inmunidad y mecanismos de compensación (generación de anticuerpos, diasquisis, plasticidad cerebral…) que se generan como efecto de una lesión, de un contagio, etc. Finalizando, estos últimos, en un sistema inmune más fortalecido.

Por otro lado, tanto una crisis, como un trauma, también pueden ocasionar angustia paralizante, pérdida de referentes, precisamente porque algo ha cambiado de manera abrupta. No encontrando aún formas creativas de respuesta, las personas tienen el riesgo de sucumbir ante las mismas reacciones limitadas ya conocidas: queja, culpar a alguien o a algo (Dios, el gobierno, los padres, la pareja, los hijos…) enojo, tristeza,  desesperación, el extremo del dramatismo que se siente perseguido por todas las calamidades con un eterno ¡¿Por qué a mí?!, como de la indiferencia de hacer como si nada sucediera; el activismo maniaco promovido por motivadores y demás gurús del deber ser (pensar, vestir, comer…) con su saturación de objetos (libros, series, cursos, videos, sonrisas forzadas…) como mecanismo acéfalo, que al buscar frenar la  propia tristeza y angustia,  la reitera y acrecienta; mientras otros viven a la espera de que sea el imposible retorno a un pasado (nostalgia) o el futuro (utopía) lo que nos traiga algo mejor (“¡Ya wey…año 2020!”) Una especie de fantasía infantil que aguarda a que simplemente un día todo esté bien, que el mal se aparte de lo bueno, que se acabe el año, que se vaya el presidente y un largo etcétera

¿Qué son las respuestas creativas? El acto y el gesto creativo suceden en un momento en el que se suspende lo que uno creía que era, digamos las imágenes que confirman cada yo que quien cree ser, para dar paso a lo inédito, a lo nuevo. Justamente la lógica del surfer, quien no se conforma con lo que considera han sido el mar y él mismo en el pasado, sino en lo que el presente, constantemente cambiante, por donde se desliza, le muestra; sin buscar un único punto de apoyo, fijo y estable, sino múltiples y flexibles, para poder explorar y disfrutar la ola. Como un psicoanálisis, que se “…dirige para que la persona esté lista para todas las circunstancias de su vida” (Jorge Forbes)

Hay que decir que dicho movimiento vertiginoso no está garantizado, implica asumir un riesgo permanente con la apuesta de una acción decidida, por puro gusto creativo -digamos- no sin miedo, sino articulando el miedo con el movimiento, como en el parkour, que empuja a construir el equilibrio en el movimiento para interactuar con la ciudad de otras formas. Similar a lo que los Tarahumaras dicen del correr, una caída controlada.

Si los “cielos e infiernos” están vacíos, tal constatación puede, en lugar de inventar el mundo que se desea ya en el presente, resucitar la nostalgia de las cadenas, del control de la prisión y la dictadura, reclamando una instauración de un orden de severo de mano dura, de dialogo unidireccional. ¿No es acaso lo que millones de humanos han elogiado de los presidentes de Rusia y Corea del Norte ante las acciones tomadas frente al Covid19?

La investigación científica y el desarrollo tecnológico, articulados con gobiernos e instituciones académicas que las fortalezcan tanto en presupuesto e infraestructura, junto a una sociedad civil responsable y solidaria, será finalmente lo que ayudará a resolver la avanzada de este virus nuevo, al que estamos intentando descifrar. Precisamente, respuestas, curiosas y creativas, abocadas en develar el enigma viral de estos tiempos, juntos a sus efectos económicos, sociales, afectivos y psicológicos.



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