Como una grave desgracia puede catalogarse el hecho de que la “infraestructura hospitalaria” que se ha llevado a cabo en el país durante los últimos 15 años tenga tanta deficiencia de planeación, politiquería e inclusive obras fraudulentas, según palabras de Asa Christina Laurell, Subsecretaria de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud; menciona que se requieren más de 14,600 millones de pesos para rescatar los 324 hospitales y clínicas abandonados o a medias que heredaron de pasadas administraciones; 161 obras están suspendidas y 163 siguen en construcción en casos que llevan hasta 15 año; imagine usted tanto dinero mal aplicado que bien se requería en los actuales centros hospitalarios y de consulta de primer nivel en el país que tienen muchísimas necesidades; existen 74 obras que ni siquiera tienen registro en el sistema oficial; muchas de éstas obras mal ejecutadas de origen tienen como epicentro a múltiples municipios del país donde el alcalde en turno decidió construir o bien algún Diputado consiguió dinero e inició sin una adecuada planeación ni dirección saltándose todas las formalidades y una vez se fue el impulsor se detuvo la obra; fue tan mal llevada a cabo el inicio de algunas construcciones que no vale la pena seguir de tal forma que quedaran abandonadas tirando el dinero de nuestros impuestos a la basura con tanta necesidad habiente; bien vale la pena recordar las palabras del Dr. Alcocer, titular de la Secretaría de Salud, en el sentido de que se están perdiendo vidas por este tipo de mal acciones y corrupción presente.

“La suspensión de obras se debe principalmente a proyectos malhechos, falta de previsión, construcción en terrenos irregulares e inutilizables, o planeación deficiente de recursos; hay proyectos que no están apegados a la normatividad; hay hospitales terminados que no tienen personal; hay obras que están tan mal planeadas que no tiene caso termínalas e incluso hay obras abandonadas que son fraudulentas”, mencionó la Dra. Laurell; para echar andar las “buenas” se requiere un lanal que se aplicará de manera gradual porque escasean los recursos; así, de los 14 mil y pico millones que se requieren tan solo aplicaran 2 mil este año procedentes del Seguro Popular y quizá del Fonden; puede ser, y fácilmente, que si no le meten lana en serio al sector salud, no se podrán echar andar todos estos hospitales y clínicas en el sexenio, amén de que el ISSSTE cuenta con 33 obras inconclusas y aunque tiene lana para terminarlas no dispone para operarlas, es decir, no tiene dinero asignados para equiparlas ni para las plazas de trabajo que se requieren a fin de ofertar el servicio médico; ésta es una práctica que de manera común se lleva a cabo en el área médica de tal forma que para fines prácticos no hay beneficio alguno para la población y pueden quedarse así por muchos años las obras semiterminadas o terminadas pero sin funcionar; el IMSS tiene otro tanto de obras en igual situación; por tal motivo la autoridad sanitaria del país mencionó que no autorizará nuevos hospitales sino hasta terminar con el rezago que padecemos.

Prácticamente todos los estados del país tienen obras de infraestructura hospitalaria y clínicas pendientes de terminar y echar andar por falta de recursos económicos debido a las diferentes causas antes mencionadas que desgraciadamente seguirán así a no ser que se incremente el recurso asignado al sector salud a fin de asemejarlo al de los países miembros de los OCDE que inyectan más del 9 por ciento del PIB; tal como se observa el panorama, no se logrará tal porcentaje ni en varios sexenios, empero, debe de ir creciendo a reserva de que sea aplicado de manera eficaz y eficiente a fin de avanzar de manera paulatina en la infraestructura hospitalaria necesaria para incrementar el bienestar de los mexicanos, toda vez que hay que aplicar muchísimo más recurso a la medicina preventiva del primer nivel de atención… ¿será?, ¿le gustaría opinar?

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