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Opinión Editorial


El mejor alcalde


Publicación:16-07-2020
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De acuerdo con el “Ranking Mitofsky 100 alcaldes de México”, en edición de junio 2020, César Garza ocupa el tercer lugar nacional como mejor alcalde

Por sus frutos los conoceréis, reza un antiguo refrán con resonancias bíblicas, expresado en español castizo, que se utiliza para algo así como una tomografía agrícola, pero que bien se aplica para ubicar la actuación de una persona en cualquier actividad de su entorno, y con mayor razón si es alguien dedicado al servicio público gubernamental en cualquiera de sus tres niveles. 

El hecho de que César Garza Villarreal haya sido nominado, mediante rigurosa vía estadística con metodología científica, como el mejor alcalde de Nuevo León, no es nada erróneo ni atribuible a algún tipo de interés: es algo cierto. César Garza Villarreal, sin tramoyas ni mamposterías, ha gobernado el llamado municipio industrial de México con más dedicación que tronadero de cuetes. 

De acuerdo con el “Ranking Mitofsky 100 alcaldes de México”, en edición  de junio 2020, César Garza ocupa el tercer lugar nacional como mejor alcalde con  una calificación sobresaliente de 66.6 a, ser aprobado por el 67 por ciento de la población del municipio, gracias a su desempeño al frente de la ciudad. Eso significa que ocupa el primer lugar en el estado.  

Según datos metodológicos de la encuesta la aprobación promedio es de 45.7 por ciento; 26 alcaldes se ubicaron con aprobación sobresaliente mayor al 50 por ciento; mientras que un total de 22 alcaldes tienen aprobación alta; 34 aprobación media; 14 con aprobación baja; 4 alcaldes con aprobación menor a 20 por ciento. 

Mientras otros alcaldes del estado se han dedicado a cacaraquear un huevo inexistente, sobre todo con el pretexto de la pandemia Covid-19, César Garza Villarreal ha estado más que prudente en este aspecto, centrándose en cómo ayudar a los habitantes de Apodaca a superar la pandemia, en particular a los más afectados. No se ha aprovechado de la situación, como otros alcaldes, para buscar una reelección u otro cargo en un futuro ya no muy lejano. 

Y eso que ha sido mencionado como posible candidato a la gubernatura de Nuevo león. Otros ya andarían más alborotados que una gallina avada. César no. Con oficio político desde hace muchos años, sabe que los cantos de sirena son peligrosos y pueden causar conmociones descentralizadoras de la personalidad, o sea: soflameros. Más vale seguir remendar calles, tapar baches, edificar espacios sociales, dar paso a unidades educativas de la UANL, impulsar el desarrollo económico del municipio, intentar reducir la brecha espantosa entre quienes tienen mucho y quienes no tienen nada.

Si abrimos los ojos a otros municipios del área metropolitana vemos con desolación casi metafísica el despapaye que han hecho los alcaldes. En Juárez, con el alcalde Heriberto Treviño, hay un parque lineal inconcluso a pesar de que en la bitácora de obra parece terminado, hay una barda perimetral que se ha construido varias veces según transparencia, pero es la misma. Y Heriberto ha sido nombrado jefe del PRI en el estado, qué horror. Escobedo presume ser el municipio más seguro, pero todos los días hay reportes de asesinatos vinculados con los cárteles del narcotráfico. En Monterrey, la capital del estado,  no se sabe qué hace el alcalde, además de no faltar al gimnasio.

Pero hay un rubro distintivo que habla mucho del alcalde en turno y de su quehacer: la cultura. Los alcaldes de todos los municipios, todos, tienen la cultura en el último lugar de sus intereses y de sus presupuestos. Claro, son incultos: cascos de calabaza, claques de la fruslería. César Garza no. César Garza lee. Los otros no. He ahí la pequeña-gran diferencia. Por eso su gobierno municipal es humanista.   



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