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Opinión Columna


El levantón


Publicación:25-01-2019
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Todo se puede esperar de quien no está acostumbrado al diálogo, a la construcción conjunta, a la participación ciudadana democrática.

Al mejor estilo del antediluviano régimen del PRI, el gobernador Jaime Rodríguez, emanado de ese instituto político, giró instrucciones específicas para que el plantón de ciudadanos inconformes con el aumento a la tarifa del transporte urbano y del Metro en palacio de gobierno, fuera levantado.


Y se hizo en las primeras horas de la madrugada del lunes, los activistas fueron desalojados por Fuerza Civil de la Casa del Pueblo, remitidos a crujías y apandos y colocados en la Explanada para que no dieran “mala imagen” al estar en el interior del palacio. Alfo Fasci, Secretario de Seguridad del Estado, no quería, porque simpatiza con el movimiento ciudadano, pero órdenes superiores son órdenes superiores. El chiste es que ni a los narcotraficantes, que abundan en el Estado, los tratan así.


En lugar de diálogo, macanazo. ¿A dónde y cuándo nos remite este tipo de actitudes? Ya lo saben. El problema se agrava cuando se supone que el actual gobierno es emanado directamente de la voluntad ciudadana, y por lo tanto tiene que atender las peticiones y demandas de los ciudadanos, no de intereses creados, no de partidos ni de los núcleos de poder anquilosados en las estructuras de gobierno desde hace años.


Al contrario, si se llegó sin la fuerza de un partido a la gubernatura, entonces el perfil remite directamente a la ciudadanía, que debe estar en primer lugar. No es así. No hay el menor ápice de disposición para trabajar al lado de los ciudadanos, en un vuelco de democracia participativa, que de seguro en los altos mandos ni siquiera saben qué es eso.


Si el problema del transporte urbano es grave, siempre se trata de resolver aumentando la tarifa. Ni los empresarios y el dueño del transporte que es el gobierno tienen la capacidad de buscar otras alternativas para no dañar a los usuarios que son trabajadores y estudiantes en su mayor parte. Por ejemplo hacer equipo con los organismos ciudadanos expertos en movilidad, en diseño urbano, en ingeniería vial, para mejorar el servicio de transporte, y dejar a un lado el automóvil.


Sí, ciudadanos y activistas, altamente calificados. Pero no. El gobierno por abajo del agua, convoca a “ciudadanos” como Fufito, Argelia Montes, Lucy Tovar, Gilberto Lozano y toda una retahíla de supuestos ciudadanos que están bajo las órdenes de las regiones más oscuras del gobierno para que convoquen a paros, a marchas, a platones, justo cuando los verdaderos activistas, que durante años han demostrado su valía, su capacidad intelectual y su honorabilidad moral, protestan por algo realmente injusto y arbitrario. Confusión, división. Sembrar dudas entre la ciudadanía. Neutralizar es el objetivo perverso.


Por lo mismo, en cualquier momento, sobre todo en la madrugada, cuando el silencio reina en los hogares regiomontanos, puede suceder otro agravio a los ciudadanos. Quizá más grave. Hay que estar preparados. Todo se puede esperar de quien no está acostumbrado al diálogo, a la construcción conjunta, a la participación ciudadana democrática.



« Redacción »