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Opinión Editorial


Educación en el mundo y Covid


Publicación:27-08-2020
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En México, los programas educativos multigrado y la Telesecundaria dieron experiencia para responder ante cuestiones críticas

En el impacto educativo del COVID, hay tres fases que todos los sistemas del mundo están implementando para hacer frente a esta pandemia: Preparar, recuperar, avanzar.

El cierre de escuelas fue generalizado lo cual inevitablemente provocará pérdidas de aprendizaje, deserción escolar y malestar social ante las medidas emergentes. La crisis económica por afectaciones en el empleo y productividad llegó a las familias y por consiguiente a la administración escolar agravando la oferta y demanda educativa. 

Las proyecciones indican que, a nivel mundial, aproximadamente 24 millones de estudiantes desde primaria hasta universidad podrían abandonar las clases a causa del impacto económico de la crisis sanitaria. La educación superior será la más afectada. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, advirtió que la pandemia ha causado el trastorno más grave registrado en los sistemas educativos en toda la historia y amenaza con provocar un déficit de aprendizaje que podría afectar a más de una generación de estudiantes. Una catástrofe generacional que podría despilfarrar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y agravar las desigualdades más arraigadas, señaló.

En Nuevo León, según informó el Gobernador, se cerraron 13 colegios privados y 9 mil niños migraron a escuelas públicas.

Ante esta situación, el foco está en la continuidad de los estudios, prepararse, cuando se permita, para al regreso a las aulas, recuperar el tiempo para saldar rezagos y trabajar para el futuro.

Todos, cerraron escuelas, pero, además han incorporado recursos educativos y de aprendizaje a distancia y digital; teléfonos móviles o televisión y radio; han establecido protocolos para evitar rebotes del virus; y han elaborado alianzas con otras instituciones educativas para compartir recursos. 

Sin duda, los países con mejores recursos educativos han podido implementar planes emergentes que pudieran ser más exitosos en términos de rezago y continuidad. Otros, con dificultad, han resuelto sobre la marcha esta contingencia educativa.

Por ejemplo, Uruguay durante muchos años ha trabajado para garantizar la conectividad y el acceso a herramientas digitales para la comunidad educativa, incluso con apoyo suficiente para su uso. Fue pionera, desde hace más de 10 años, en la entrega de una laptop a cada alumno en las escuelas públicas; tiene la plataforma CREA, en la que cada docente puede cargar materiales, enviar y calificar tareas, y dialogar con sus alumnos.

En Bulgaria, se crearon más de 800,000 cuentas para todos los maestros y padres, se editaron libros de texto digitales y materiales de aprendizaje y se utilizaron dos canales de televisión nacional para transmitir material educativo.

Colombia desde hace años, ha invertido en valiosos portales educativos. Por ejemplo, “Aprender Digital”, una plataforma del Ministerio de Educación colombiano, que tiene más de 80,000 recursos educativos, organizados por grados, que incluyen desde videos hasta aplicaciones y juegos. Al decretar la cuarentena, el gobierno colombiano dio dos semanas a los docentes para preparar su plan pedagógico.

En Chile, se está usando “Aprendo en Línea”, una plataforma con recursos digitales para el autoaprendizaje en casa y en familia, así como “Aptus”, orientado a los centros educativos y que incluye software educativo y cursos para docentes, y evaluaciones para los alumnos. El contenido está a disposición de otros países.

Finlandia, Estonia, Dinamarca, Islandia, Letonia, Lituania, Noruega y Suecia, que suelen liderar los rankings educativos, también han compartido de forma gratuita sus plataformas, herramientas y programas para apoyar a los educadores de todo el mundo en las clases a distancia, sobre todo para las naciones donde la digitalización del sistema educativo no ha llegado completamente. Además, sus alumnos están acostumbrados al estudio en casa.

En México, los programas educativos multigrado y la Telesecundaria dieron experiencia para responder ante cuestiones críticas. No olvidemos que estos recursos surgieron ante la vulnerabilidad educativa de ciertas regiones del país, pero indudablemente y en especial la telesecundaria, que ha operado durante 51 años, ha traído aprendizajes que ahora en “Aprende en Casa” se han podido incorporar.

Para el regreso a lo presencial, algunos países ya están trabajando en ajustar el calendario académico, priorizar a los estudiantes en los grados que se preparan para exámenes importantes, continuación con el aprendizaje a distancia en paralelo al presencial y desde luego, evaluación de aprendizajes para identificar y corregir rezagos.

Es inevitable pensar en el futuro y, como todo aprendizaje, será necesario capitalizar lo aprendido y hacer los ajustes para introducir mejoras a largo plazo en temas como la tecnología, diseño instruccional, financiamiento, capacitación, evaluaciones, participación de padres e infraestructura. Mucho por hacer. Las crisis no avisan.

Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com



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