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Opinión Editorial


Días de encierro


Publicación:02-04-2020
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En las primeras reflexiones sobre la crisis mundial de salud se cuestionan los modelos y las políticas de cómo los países han reaccionado

Lo que hoy está en disputa es cómo será el futuro próximo y cuáles serán las estrategias para cuando termine la pandemia. La transformación que ha tenido la sociedad en estos días —en casi todo el mundo— nos hablan de cómo la vida en el encierro cambió las rutinas; del clima de temor y de incertidumbre que domina la vida cotidiana; del enemigo a vencer, un virus que en unas semanas nos puso contra la pared. ¿Qué pasará en México de ahora en adelante, cuando las principales condiciones del proyecto de la 4T se han modificado?

En la escala micro de las personas y los hogares, las miradas son mucho más cercanas. A reserva de tener más información, por lo pronto llegan piezas sueltas que nos hablan de que han aumentado las llamadas para ayuda en contra de la violencia intrafamiliar en estos días; que aumentan las adicciones y el consumo de alcohol; que los empleos precarios obligan a miles y miles a permanecer en la calle y buscarse el alimento diariamente, mientras los privilegiados del empleo formal nos podemos dar el lujo de permanecer en casa y seguir conectados. En México casi un 60% de la PEA se encuentra en la informalidad, en el empleo precario que se ha detenido con la emergencia. También se ven redes de solidaridad y cuidado; actitudes cercanas al heroísmo de los trabajadores de la salud que están en el primer plano para atender la emergencia. En estos días tampoco han faltado grupos oportunistas del crimen organizado que han saqueado tiendas para robar pantallas y electrodomésticos y generar caos.

En las primeras reflexiones sobre la crisis mundial de salud se cuestionan los modelos y las políticas de cómo los países han reaccionado ante la emergencia. Se despliegan oposiciones entre salidas más verticales y autoritarias, que han tenido resultados eficaces como en China y otros países de Asia, con una vigilancia sobre los cuerpos con tecnología de punta, y otras más democráticas, más lentas y dubitativas, menos eficientes en sus resultados, que han sido forzados a tomar medidas extremas. También hay cuestionamientos sobre lo que el capitalismo destructor de la naturaleza ha producido y cuyo efecto más visible es el cambio climático, nuestra casa que "está en llamas", como dice Greta Thumberg.

Cuando se pueda regresar a cierta normalidad veremos un país que en unas cuantas semanas ha sido fuertemente estrujado en su economía, por lo que la caída del crecimiento será brutal, como la de 2008-2009 o peor. Lo cual destruirá empleos y generalizará quiebras. Organismos internacionales, como el FMI, ya declaran una fuerte recesión internacional. El país será otro después de la pandemia. Si la 4T apostaba a un frágil equilibrio con una economía que rondaba en cero crecimiento, la fuerte caída nos habla de otro escenario. Resulta una paradoja, pero en tiempos de crisis hasta los más neoliberales voltean a ver al Estado y se vuelven intervencionistas. Con los pocos márgenes del Estado mexicano veremos cuál es la estrategia de la 4T, pero no será suficiente con blindar a los pobres y pequeñas empresas, se necesitará un agresivo programa anticíclico para las próximas semanas y meses.

A pesar de que algunas voces ya declaran que este sexenio se terminó, habrá que esperar y ver de qué forma se va a reestructurar el proyecto de país que este gobierno estaba implementando. Es la oportunidad para que la 4T establezca un new deal y ponga por delante el bienestar y la redistribución con todos los recursos que tiene y los que pueda adquirir. Se tratará de establecer un nuevo pacto social, otro compromiso con el sector privado y un manejo diferente de la deuda y las finanzas públicas para reactivar en serio el mercado interno. De la forma en la que el gobierno asimile la crisis y ponga en marcha las grandes adecuaciones, los cambios importantes, dependerá la legitimidad que pueda lograr para lo que falta del sexenio y para que México pueda recuperarse. En suma, la 4T será keynesiana o no será.

Mientras llega ese futuro, que se anticipa difícil y muy complicado, la prioridad en estos días de encierro es salir de la pandemia lo mejor librados que sea posible…

Twitter: @AzizNassif



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