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Opinión Columna


Cobros ilícitos


Publicación:24-05-2019
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El contexto ha cambiado y quienes presionaban ahora son mansos borreguitos

La autoridad que representa el gobierno del Estado, basada en las leyes, ha sido rebasada por la ambición de unos cuantos ciudadanos irrespetuosos, los empresarios del transporte urbano, acostumbrados a hacer lo que les de su regalada gana.


Eso sucedió esta semana cuando los supuestos empresarios, por sus pistolas, aumentaron el precio de la tarifa del transporte, en claro desafío y/o desobediencia a lo estipulado en la Ley y, lo más grave, sin importarles lo más mínimo las angustias de los usuarios que ya no sienten lo duro sino lo tupido, como dijera un narrador de box.


Eso se debe, sin lugar a dudas, a que los transportistas han estado acostumbrados a hacer lo que quieren, sin importar la ley. Y eso se debe a dos factores: uno, la complacencia evidente del gobierno, y dos, la presunta colusión de los funcionarios encargados del ramo. Además, inercia manda, en los gobiernos anteriores a los empresarios se les antojaba aumentar la tarifa y los gobernantes lo aceptaban si hacer mutis. Los funcionarios de esos sexenios anteriores evidentemente estaban coludidos, por abajo de la mesa por supuesto, con los empresarios que lo único que tenían qué hacer era llevar la maleta con dinero.
Otro factor era que la CTM, esa perversión de sindicato convertido en empresa del transporte, presionaba al gobierno, a la par de los transportistas con quienes tenía contratos de protección, con hacer un paro de unidades para que aflojara. Y los usuarios eran quienes pagaban las perversiones sindicales, gubernamentales y empresariales al pagar el aumento de la tarifa.


Pero hoy no está el poderío de la CTM y las cosas no se han puesto tan complicadas para el gobierno. Hoy no está el PRI o el PAN en el mando gubernamental para aceptar los chantajes de ese dizque sindicato, ni tampoco está la CROC. El contexto ha cambiado y quienes presionaban ahora son mansos borreguitos, que sin duda sacarán sus largas uñas cuando vuelvan a cambiar las cosas dentro de dos años aproximadamente.


Y los empresarios del transporte igual. Se les antojaba elevar el costo del pasaje, y lo hacían, sin encontrar muchas dificultades. Pero ahora los empresarios, si así puede llamárseles, han picado hueso: las cosas no son igual. No tienen compromisos con el actual gobierno porque los compromisos los establecieron con Ivonne Alvarez, la candidata perdedora del PRI en las pasadas elecciones gubernamentales, de las que surgió el gobierno independiente. Así que Abelardo Martínez no tiene nada que esperar a cambio.


Además hay que poner en tela de duda eso de “empresarios”, puesto que carecen de una visión de tal envergadura, porque tan sólo se ciñen a la cantaleta de aumentar el pasaje, sin proponer otras alternativas. De las cuales hay varias. Y mejores. Para ellos, para los usuarios y para el medio ambiente, tan deteriorado. Pero no, no son empresarios.


Por eso resulta extraño que el gobierno no haya impedido el cobro ilícito del pasaje. Reaccionó, sí, pero hasta la iniciativa ciudadana se movió, en este caso Unete Pueblo que interpuso una demanda. Y algunos representantes populares también.


Entonces ¿qué pasa?



« Redacción »