banner edicion impresa

Nacional Mas Nacional


"Un enfermo puede salir en un féretro"

Un enfermo puede salir en un féretro


Publicación:11-07-2020
++--

Igual que a miles de doctores en todo el país, la pandemia le cambió la vida: ahora se define como "covitóloga".

CHILPANCINGO, Gro/EL UNI.- La doctora Tania Leticia Tello Divicino, de 43 años, es internista en el Hospital General de Chilpancingo. Hace tres meses tuvo que dejar de lado su especialidad, Nefrología, para dedicarse a tratar pacientes infectados por el SARSCov-2. Igual que a miles de doctores en todo el país, la pandemia le cambió la vida: ahora se define como "covitóloga".

"Soy médico de primera línea en Chilpancingo. Ha sido un reto muy grande, muy difícil de afrontar. Ha sido muy estresante para la mayoría de nosotros. Una situación de emergencia… Hemos tenido todas las camas ocupadas a partir de la segunda semana de mayo. Queríamos más gente en el área, pero no es sencillo encontrar especialistas, quién va a decir: 'Yo me contrato para ir ahí'. Justamente es donde nadie quiere estar en este momento".

—¿Y los pacientes? —Es frustrante saber que, pese a todo lo que tratemos de hacer, [el enfermo] pudiera fallecer en las próximas horas. Se ponen muy graves, la verdad, muy graves — dice con pesar—. Nosotros estamos acostumbrados a pacientes de gravedad, neumonías, complicaciones de VIH, cáncer pulmonar, pero el Covid es más agresivo, porque es muy rápido todo.

EL FÉRETRO Y LA INCERTIDUMBRE

"Con las familias nosotros estamos muy impactados en el tema de las emociones, porque sabemos que un paciente que entra al hospital es probable que pueda salir en un féretro, por eso creo que mucha gente ha evitado venir".

—¿Es demasiada carga emocional para ustedes? —Eso sí, eso sí. Yo en lo personal [siento] mucha frustración por... —se detiene un instante—, yo quisiera ver que mueren menos. Hay un porcentaje no despreciable de pacientes recuperados, pero yo quisiera que fuera más alto (...) porque me ha tocado ver familias que pierden más de un integrante. He tenido que autorregularme, buscar la manera de ser más tranquila en el sentido de no latigarme a mí misma, de no decir: "A lo mejor lo estamos haciendo mal". A algún paciente le implementamos un protocolo y le va muy bien, y a otro no le va nada bien. Yo la verdad he tenido pesadillas —dice mientras descansa su mejilla derecha sobre su puño derecho—. Me sueño allá dentro del área. Con pacientes que me están hablando, así de repente, de la nada. Tengo insomnio a veces. Igual mi esposo. Estoy preocupada por qué va a pasar, por cuánto tiempo nos falta para estar en esto. Quisiera tener un poco de certeza, de saber que falta un mes, faltan dos meses, pero la verdad creo que faltan por lo menos otras ocho semanas. Yo no veo el final de esto.

—¿Cómo relajarse, desconectarse de esta situación? —Dejando una tarde el teléfono para no destrozarte emocionalmente, pero esto sí nos ha cambiado a todos, lo veo en mis compañeros y en mí. Todos estamos actuando distinto. Todos estamos recelosos entre nosotros. Considero que si esto se prolonga demasiado vamos a tener muchos trastornos emocionales, quizá ahorita no se vean, pero a la larga sí. Por ejemplo, el cansancio físico ya se está notando. Llevamos tres meses y cachito en la pandemia. Ya ahorita algunos han tenido que ser separados un rato de las áreas Covid para poder tomar un respiro de siete o 10 días. La doctora Tania Leticia Tello Divicino concluye la entrevista, vía Zoom, con un mensaje para los incrédulos y los temerarios, que acaso es una súplica: "No necesitan que alguien se les muera para que le crean. Quizá la campaña de los gobiernos tuvo que ser más fuerte, pero bueno…"

"VIRUS, MÁS COMPLEJO QUE UN ASESINO"

Ella es una de las llamadas Doctoras Covid. De las mujeres que combaten al SARS-Cov-2. La doctora Wendy Scarlett Hinojosa Basilio, experta en Radiología, es jefa de Imagenología en el Hospital General de Chilpancingo. Por su departamento pasan todos los contagiados de Covid-19, los leves y los que están en estado crítico, para que les tomen placas y tomografías con las que diagnostiquen sus casos. Así vive ella la pandemia… Al frente de la batalla… "Nosotros aquí en Imagenología hacemos los estudios de diagnóstico, placas, tomografías, entonces dices: 'A qué hora voy a salir infectada, si estoy viendo a tanto compañero que ya se contagió'. Imagine cómo estamos nosotros aquí en el departamento, con el estrés que llevamos...".

Doctora, cuando escucho hablar a algunos médicos acerca del Covid, me da la impresión de que se refirieran a un asesino despiadado que les da miedo… [Mira al techo, asiente y marca una diferencia escalofriante]: —Sí. Puede ser. Cuando usted sabe que va a estar con el asesino, que puede morir en el momento, quizá no esté tan estresado, porque usted ya sabe que lo van a matar. Sin embargo con esto, que ni siquiera ves dónde está, ni siquiera ves por dónde te puede llegar, es más complejo. Por lo menos ves quién te mató, ¿no? Aquí no. Aquí no es así: este virus es muy silencioso y muy agresivo…

—¿Qué le diría a la gente que en Guerrero sigue dudando de la existencia del coronavirus? —Que no lo duden, que es real, y que este virus está matándonos. Deberían ser conscientes de eso, de que nadie lo vive hasta que lo tiene. Cuando lo tienen a veces es demasiado tarde, porque ya llegan muy graves y llegan a morir. Nosotros no matamos a la gente [alude a que en algunos municipios del país algunas personas culpan a los médicos]. Nosotros ayudamos a la gente. Lo único que queremos es que lleguen en las fases iniciales para poder ayudarlos y que salgamos todos victoriosos.

ADELINA RECIBIRÁ LAS CENIZAS DE SU HERMANO

Hace 33 años que Adelina Huesca dejó de ver a su hermano Medel, ello porque el joven que entonces tenía 21 años emigró a Estados Unidos en busca de una mejor vida. Tras esos años de ausencia, Adelina volverá a ver a su hermano, pero ahora convertido en cenizas. Medel Huesca falleció el pasado 5 de abril, en Nueva York, a consecuencia del Covid-19, y después de tres meses por fin podrá retornar a su natal Veracruz, para descansar en paz. "Para nosotros fue una pesadilla porque estábamos a ojos cerrados, no sabíamos con quién hablar, a quién acudir", declaró Adelina. Relató que desde el momento en que la fatal noticia llegó a la familia, comenzó el viacrucis para saber qué procedía para repatriar al hermano fallecido.



« El Universal »