Nacional Ciudad de México
Se multiplica labor de trabajadores de panteones
En el panteón de Ciudad Neza no hay fosas, es un cementerio vertical
Publicación:29-05-2020
TEMA: #Covid-19 México
Con la llegada del Covid-19, los funerales sufrieron modificaciones.
CIUDAD DE MÉXICO.- "Deja que salga la luna, deja que se meta el sol...", canta un trío de músicos para despedir a una persona que murió por Covid19, mientras Juan Ernesto coloca cemento en ladrillos rojos y los apila uno por uno para sellar la gaveta; a su alrededor, un promedio de seis familiares observan el trabajo del inhumador del Panteón Municipal de Nezahualcóyotl, Estado de México, quien ha triplicado su labor en los últimos meses. Son las 2 de la tarde y apenas lleva cuatro horas de jornada laboral, pero ya participó en siete servicios fúnebres. Para cubrirse del sol, el joven usa un sombrero de palma y se apoya en otro compañero para repellar la gaveta. "Ha estado muy pesado. Cuando no había contingencia había de tres a cuatro inhumaciones al día y ahora es el triple. Con eso del Covid, de repente son 12 servicios diarios. Mis compañeros y yo terminamos el día muy fatigados, llegamos a casa y nos aseamos para proteger a la familia", cuenta. Hace seis meses el ayuntamiento lo transfirió al panteón, pues trabajaba como checador de lecturas de agua del organismo local, y aunque el cambio fue difícil se habituó, hasta que comenzó la pandemia. "Uno se hace a la idea de que hoy estamos aquí, pero al rato quién sabe. Reconocemos a los doctores, enfermeros, pero también aquí en el panteón arriesgamos la vida. A los compañeros del horno les llegan los cuerpos y arriesgan la vida", dice. En el panteón de Ciudad Neza no hay fosas, es un cementerio vertical conformado por 15 mil gavetas que dan la apariencia de una unidad habitacional, y al día de hoy tiene 800 espacios libres. Con la llegada del Covid-19
, los funerales sufrieron modificaciones. "La caja viene emplayada y así como baja de la carroza es ingresada. Ya no es como antes que te despedías, ahora vienen con el plástico y es meterla luego, luego, sellar bien la gaveta y no pueden entrar muchas personas", relata. María Teresa Álvarez, responsable del panteón, detalla que el Covid no sólo trastocó la manera en que la gente despide a sus seres queridos, sino en cómo trabajan los incineradores e inhumadores. "El cambio es que no podrás rezarle, no te podrás despedir. Las indicaciones que nos dan es que si alguien murió por probable Covid, si lo van a inhumar, se pide que máximo vengan tres personas para que vean en qué gaveta va a quedar su familiar, y en la incineración lo mismo, cuando llega la carroza los compañeros sanitizan el ataúd y la bolsa, la pasan a la plancha y la ingresan. Se pide a los familiares que regresen en tres horas, más o menos, por las cenizas. Todo el tiempo los horneros están protegidos", explica. "Te vuelves duro". Si alguien ve a Juan Carlos Cruz pensaría que está disfrazado de astronauta, con ese casco color plata, un overol y botas del mismo tono, pero en realidad es el traje que usa en el horno crematorio del panteón municipal.
« El Universal »
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