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Así es la mascarilla que prepara Xiaomi

Así es la mascarilla que prepara Xiaomi
Se desinfecta sola y funciona con el reconocimiento facial de los móviles

Publicación:04-05-2020
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Antes sólo había costumbre de usarlas en unos pocos países para no contagiar catarros o gripes a los demás, ahora esa norma se ha extendido por todo el mundo.

La pandemia del COVID-19 ha obligado a expandir el uso de mascarillas en todo el mundo.

A pesar de las dificultades para encontrarlas, es fácil salir a la calle y ver a los trabajadores y transeúntes con ellas. Las hay de muchos tipos, pero todas tienen algo en común, impiden ver la parte inferior del rostro y se interponen entre nuestra cara y el sistema de reconocimiento facial del móvil. 

Huami, compañía del ecosistema de Xiaomi, ha decidido diseñar varios prototipos de mascarillas transparentes que solventarían este problema. No solo las mascarillas tradicionales suponen una barrera para desbloquear el teléfono, sino que también perjudican la comunicación de las personas sordas que no pueden leer los labios ni ver el gesto completo de su interlocutor. Con estas nuevas mascarillas, este distanciamiento social se reduciría. 

La iniciativa se enmarca dentro del Proyecto uSmile de la compañía y ambos modelos se han bautizado como Aeri. Se trata de dos versiones de los respiradores N95 que filtran el aire y no dejan que nos infectemos por el aire exterior, un tipo de protección que escasea ahora en las calles por la gran demanda que hay de ellas entre los trabajadores sanitarios. 

Para permitir el desbloqueo facial de los dispositivos, las mascarillas son transparentes en la parte frontal, permitiendo que se vea la nariz y la boca. Los materiales son suaves para no dejar heridas en la piel y en los laterales, en las mejillas, se encuentran los dos tipos de respiradores que dejan pasar el aire filtrado para respirar y que cuentan con un pequeño ventilador para que la mascarilla no se empañe. 

Las almohadillas que filtran las impurezas del aire y nos protegen del virus serían reemplazables. Además, estos dos prototipos no necesitarían lavarse con desinfectante, sino que cuentan con un sistema de luces ultravioletas que autodesinfectan toda la mascarilla entre un uso y otro. Para ello integran un puerto USB-C con el que recargar su fuente de alimentación. 

Esa batería, aunque pequeña, serviría también para alimentar al ventilador y al sensor AQI que nos informa en tiempo real de la calidad del aire, la humedad, la frecuencia respiratoria y si es necesario cambiar el filtro. Por detrás de la cabeza se situaría la banda ajustable y que, al igual que los filtros, se podrían elegir en distinto color para personalizar la mascarilla.

Tanto el modelo X como Y, son simples prototipos que a simple vista parecen ser muy útiles, pero que aún deben conseguir el visto bueno de las autoridades sanitarias de cada país antes de comenzar su comercialización global. Al igual que los respiradores N95 usados por médicos y enfermeros deben pasar un examen exhaustivo para asegurar que se ajustan bien a la cara y que los filtros son seguros, estas mascarillas también deben seguir ese procedimiento.

Seguramente no sean los últimos modelos y propuestas que veamos en los últimos meses. Aún queda un largo camino por delante para acabar con esta pandemia y el uso de mascarillas va a ser generalizado en todo el mundo, incluso, en 2021. 



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