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Internacional Norteamérica


Moderan Trump y Biden su segundo encuentro

Moderan Trump y Biden su segundo encuentro


Publicación:23-10-2020
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El cambio de juego fue significativo. Donde hace tres semanas hubo caos, este jueves hubo debate.

WASHINGTON, DC/EL UNI.- Las encuestas son pésimas para Donald Trump, la sangría de votantes es alarmante, y quizá por eso el presidente de Estados Unidos decidió cambiar de estrategia en el segundo y último cara a cara electoral frente a su rival Joe Biden. Indirectamente reconocía que ya va a la desesperada, en búsqueda de un salvavidas que todavía le dé un poco de aire para apostar por una reelección que parece estar lejos. El cambio de juego fue significativo. Donde hace tres semanas hubo caos, este jueves hubo debate. Donde hace tres semanas hubo descontrol, este jueves hubo moderación. Ambos llegaban preparados para la contienda, última oportunidad para mover al menos de 6% de electorado que todavía dice estar genuinamente indeciso con su voto. Era la última oportunidad real para contrarrestar a su rival, presentarse en oposición directa a su contrincante. Trump, dañado del primer envite por su carácter agresivo, pareció otro, en momentos educado y comprensivo. Gran parte del éxito de la noche, del retorno a una normalidad de un debate tradicional y sin aspavientos ni escándalos, fue por el buen hacer de la moderadora, Kristen Welker. La segunda mujer negra en la historia en moderar un enfrentamiento electoral incluso recibió la felicitación de Trump al terminar la contienda. Ayudó también, y mucho, la amenaza de silenciar micrófonos: acabaron las interrupciones excesivas y el diálogo fue fluido. La normalidad de la velada sirvió entonces simplemente para demostrar que Donald Trump y Joe Biden sólo comparten que son hombres blancos septuagenarios. Su visión del país es radicalmente opuesta, ya conocida de sobra por el electorado y la opinión pública, lo que hace prever que el debate, sin grandes escándalos ni errores ni salidas de tono ni frases memorables, tenga un efecto será mínimo. Especialmente cuando, a falta de 11 días de campaña, más de 48 millones y medio de estadounidenses ya han votado, superando la cifra de los votos anticipados de todo 2016. Parece que los votantes tienen claro qué van a hacer y un debate de este tipo, en una sociedad tan mediatizada, no va a afectar demasiado. Sí que hubo novedades en las temáticas. Por primera vez se habló de migración, en parte gracias a que el día antes se supo que el gobierno de Estados Unidos todavía no ha conseguido reunificar a 545 niños con sus padres, después de ser separados en la frontera dentro de las políticas implementadas por la administración Trump para disuadir de la llegada de migrantes. Biden, sin tapujos, acusó al presidente de haber liderado una acción "criminal", dejando a decenas de menores abandonados, solos, "sin lugar dónde ir". Trump reviró, asegurando que les está cuidando muy bien y su gobierno está "intentando duramente" resolver ese asunto. La estrategia de Trump, como en casi todo, es culpar a los anteriores de todos los males, y también sucedió en inmigración, criticando las acciones de la administración Obama al respecto. Su retórica habitual lo traicionó, al escapársele que sólo los migrantes indocumentados con "bajo coeficiente intelectual" son los que aparecen en las cortes de migración para el seguimiento de sus casos.


« El Universal »