Britney Spears sigue en la lucha por liberarse de su padre

Britney Spears quiere que su padre deje de ser definitivamente su tutor legal, y esta es una batalla que viene librando desde hace meses y en la que ha puesto más interés en las últimas semanas, animada por el éxito de la campaña #FreeBritney, que ha movilizado a cientos de miles de personas en las redes sociales.

En un nuevo y dramático giro en la batalla legal de Britney Spears contra su progenitor, este martes la artista podría dar un paso trascendental en su lucha, después de que sus abogados presentaran el 3 de noviembre una nueva demanda en juzgado de Los Ángeles pidiendo que Jamie Spears sea relegado por completo del tutelaje que ejerce sobre su hija.

Los representantes de Britney alegan que Jamie Spears despidió al gerente de negocios de su hija y contrató a un nuevo gerente sin avisarle.

En la demanda, el equipo legal de Britney solicita que Bessemer Trust Company se convierta legalmente en la empresa que dirija en exclusiva los asuntos comerciales de la artista, sustituyendo en ese papel a su padre. En los documentos, obtenidos en su día por TMZ, Britney dice que la medida ha sido provocada por la carta que recibió el 28 de octubre, donde se le informaba que Tristar Sports and Entertainment Group renunciaba como gerente comercial de su trabajo.

La antaño reina del pop admite tener problemas con su nuevo gerente, Michael Kane, de la firma Miller Kaplan, con quien ella no mantiene ningún tipo de relación y que no le permite revisar los términos de su contratación. Britney explica en su demanda que la medida genera serias preocupaciones porque el objetivo de Jamie (es presentar un nuevo guardián que, sin duda, tiene una mayor relación de trabajo con el equipo legal de su progenitor). La artista afirma que es una conspiración por parte de su progenitor para mantener el control total de sus activos, libros y registros.

A finales de agosto los tribunales extendieron la tutela legal de Spears hasta febrero de 2021, aunque la autora de “Toxic” reclamó que la función de control recaiga en manos de una abogada especializada y no de su padre, algo que no supone que Spears renuncie “de ninguna manera a su derecho de solicitar la terminación de la misma”.

A pesar de que el caso despierta gran atención mediática bajo el movimiento “#FreeBritney” (Libertad para Britney), por el que incluso varios manifestantes protestaron en los juzgados de Los Ángeles al calificar la medida de “secuestro”, Spears nunca se había referido explícitamente al mismo.

Todo se remonta al infame año 2007 para la cantante de “Toxic”, marcado por un comportamiento errático y problemas con las drogas, acrecentados por el acoso de “paparazzis” tras su divorcio de Kevin Federline y el lanzamiento del disco “Blackout”.

El padre de Spears tuvo un importante rol en aquellos momentos, asumiendo su tutela cuando en 2008 fue ingresada en un psiquiátrico y perdió la custodia de sus hijos.